En la política, sobre todo en el poder legislativo, se corre un alto riesgo de pasar inadvertido en el trabajo que se debe entregar a la sociedad, especialmente cuando se trata de abogar por las necesidades reales de la sociedad.
La delgada línea que separa un trabajo mediocre (que casi todos los diputados llevan a cabo) y la opacidad muchas veces es rebasada y un ejemplo de esto es la diputada federal del PAN Verónica Sobrado quien está casi en todo, menos en su labor legislativa.
Le cuento, amable lector. La diputada Sobrado prácticamente no informa su “trabajo” legislativo y eventualmente envía boletines de prensa, pero no crea que tratan sobre alguna iniciativa presentada, pues eso no parece importante para la legisladora.
Sus boletines son exclusivamente para contar los meses que lleva sin avances las investigaciones del accidente en el que perdieron la vida Martha Érika Alonso Hidalgo y Rafael Moreno Valle Rosas, además de la tripulación del helicóptero en el que viajaban.
Aunque la investigación es totalmente de la SCT y autoridades federales, la diputada insiste en darse a notar mediante este tema, dejando de lado el trabajo por el que devenga un muy buen sueldo en San Lázaro.
Por supuesto no decimos que no sea un tema importante aclarar lo sucedido con Alonso Hidalgo y Moreno Valle; sin embargo, no recuerdo que alguien nombrara a la diputada Sobrado como vocera oficial o vigilante de los avances de este caso.
Así como insiste cada que puede en hablar de este tema, debería también demostrar que está trabajando en asuntos que interesan totalmente a la sociedad y dejar a las autoridades hacer su trabajo.
Un ejemplo. En abril este columnista quiso ponerse en contacto con la diputada Sobrado para preguntarle su opinión sobre la alerta de género en Puebla, pues era un tema trascendente en ese momento en Puebla.
Desde muy temprano contacté a su “encargada” de prensa, quien primero dijo que “con gusto” la diputada atendería mi llamado. Posteriormente me pidió esperar al mediodía porque la diputada estaba en reunión.
Pasaron las horas y cuando me puse en contacto nuevamente, la trabajadora de Verónica Sobrado me comentó que estaba atendiendo “asuntos importantes”, pero que estaba a punto de desocuparse y que la esperara “unos minutos”.
Hasta el momento, esos “minutos” se traducen ya en cinco meses de espera. Presiento que nunca me dará su opinión del tema.
El “burócrata malhumorado” de las ventanas ciudadanas
A los oídos de este servidor llegó una queja de un poblano sobre la manera en la que la burocracia ha permeado en el funcionamiento de las llamadas Ventanas Ciudadanas colocadas por el Ayuntamiento pasado para combatir la delincuencia, pero regentadas actualmente por el C5.
Resulta que técnicos de la empresa que supervisa estas ventanas han llegado a los domicilios que aportan energía eléctrica e internet a dichas ventanas, a literalmente quitar a los vecinos las contraseñas que les otorgaron para observar las imágenes que emiten las cámaras.
La contraseña para ingresar al circuito cerrado que llega hasta el C5 la podían tener hasta 4 vecinos de las zonas donde están colocadas las ventanas, pero con el argumento de que en una ocasión atraparon a un delincuente que en su celular tenía acceso a estas imágenes, decidieron mejor retirarles la contraseña a los vecinos, como presuponiendo que todos los vecinos de todas las colonias son maleantes.
La medida tal vez no es mala, el problema viene cuando los vecinos quieren que se les proporcione la nueva contraseña para ver nuevamente las imágenes, pero los técnicos se desentienden y tienen la instrucción de dar al vecino el teléfono de un tal José Balderrama, quien se presume como “jefe” de algún departamento del C5.
Cuando logran comunicarse con el tal Balderrama, este responde con la “amabilidad” que caracteriza a un burócrata malhumorado con aires de grandeza y que tiene la urgencia de irse ya mismo al botanero, pues se niega a dar la contraseña hasta que se le advierte y/o amenaza que sus superiores serán enterados de este atropello.
El tal Balderrama, a regañadientes, ordena a los técnicos entregar la contraseña; sin embargo, sería importante conocer por qué está en ese puesto y por qué se le permite tratar de esa manera a los poblanos.