El expresidente Enrique Peña Nieto se ha caracterizado por aparecer constantemente en revistas de la farándula debido a sus polémicos romances tras enviudar de su primera esposa, Mónica Pretelini, en 2007, lo que muchos consideran una cortina de humo ante la corrupción de sus mandatos.
Cuando fue gobernador del Estado de México (2005-2011), el llamado “Golden boy” de la política mexicana acaparó los reflectores por su vida privada y no por los escándalos de brutalidad policiaca, inseguridad, corrupción y feminicidios, características de su mandato.
Tras la muerte de Pretelini, el priista guardó luto; sin embargo, poco tiempo después se dejó ver con distintas mujeres con las que se le relacionaba sentimentalmente, hasta que conoció a la actriz Angélica Rivera, quien era la imagen de publicidad del gobierno del Estado de México.
Desde ese momento la pareja acaparó las miradas de la prensa, pues se decía que su relación era un acuerdo con Televisa debido a que Peña Nieto se perfilaba como el candidato presidencial del PRI.
La relación se concretó y en 2010, Peña Nieto y “la Gaviota” se casaron en la Catedral de Toluca, justo donde reposan los restos de Mónica Pretelini.
Desde que ganó las elecciones presidenciales, la vida íntima de Rivera y Peña Nieto no dejó de estar presente en las primeras páginas de las revistas de espectáculos. Una aparición de Rivera en su lujosa casa desató un escándalo de corrupción: la Casa Blanca, una lujosa residencia que habría costado 86 millones de pesos.
No obstante, la relación de Peña Nieto comenzó a deteriorarse y después de su mandato, que terminó en diciembre de 2018, comenzaron los rumores de una separación, que fue confirmada a inicios de este año.
Actualmente, el expresidente priista ha llamado la atención de la prensa por su nuevo romance con la modelo mexicana Tania Ruiz Eichelmann, integrante de una de las familias más influyentes del país y muy cercana a la familia Del Mazo.
Tras confirmar su noviazgo, la modelo y el expresidente han sido vistos muy enamorados y gozando de la vida. Recientemente, fueron fotografiados usando pelucas en un restaurante de Nueva York para pasar “desapercibidos”.
Es así como los romances de Peña Nieto han despertado la sospecha de que solo son una estrategia de mercadotecnia política para desviar la atención de lo importante: la corrupción, reportó Infobae.