La actualización que Microsoft liberó el 10 de septiembre para Windows 10 está causando quebraderos de cabeza por doquier. El parche debía arreglar un problema en el elevado rendimiento de la unidad central de procesamiento (CPU), pero ha acabado dejando a muchos sin internet y con la CPU recalentada.
Microsoft publicó la actualización KB4515384 sin advertir de ningún problema tras su instalación, pero ahora alerta de que deja a sus usuarios sin internet, sea por cable o por wifi. Además, trastoca la barra de menús inferior y el menú de búsqueda. La comunidad de Reddit se ha lanzado a la yugular de Microsoft al asegurar que algunos cables adaptadores también han dejado de funcionar después de actualizar.
Además, los errores solo se solventan si se desinstala la propia actualización. Ni reiniciar el ordenador ni reinstalar los drivers de Intel o desde Windows Update funciona.
Por si fuera poco, la actualización vuelve a disparar el consumo de la CPU, a pesar de ser este el problema que precisamente iba a solventar el parche. Otros internautas advierten de que no son capaces de abrir el centro de actividades o leer las notificaciones pendientes después de instalarlo. Microsoft incluso ha confirmado que la actualización desbarata los altavoces de la computadora y que reduce la calidad gráfica de los videojuegos.