Las fotos y videos compartidas en cuentas privadas de Instagram y Facebook no son tan privadas como creen los usuarios. En realidad, un simple truco permite que sean vistos, descargados y distribuidos públicamente sin que sus dueños jamás se enteren.
Con tan solo un conocimiento básico de lenguaje HTML y algunos clics, cualquiera de los seguidores de una cuenta privada puede obtener un enlace público para las fotos o vídeos subidos a esta cuenta y compartirlo con personas que no siguen a ese usuario privado o incluso que ni siquiera poseen una cuenta en Instagram.
El truco funciona incluso cuando las imágenes y videos compartidos en una historia privada de Instagram, que tienen una duración de solo 24 horas, caducan o se eliminan. Los enlaces públicos a las historias siguen activos por un par de días, los enlaces a las fotos del feed —la página principal de una cuenta— permanecen en funcionamiento potencialmente por más tiempo. Una vez que todos los datos de Instagram son albergados en la red de distribución de contenidos de Facebook, el truco puede ser aplicado también en esta red social.
Buzzfeed puso de relieve que, si bien Instagram rastrea quién ve las historias en la aplicación, no rastrea quién las mira a través de un enlace público. "En otras palabras, si alguien compartiera públicamente una de tus imágenes o vídeos privados sin tu permiso, no tendrías idea de quién lo hizo o cuántas personas lo vieron", detalló el medio.
"El comportamiento descrito aquí es el mismo que tomar una captura de pantalla de la foto de un amigo en Facebook e Instagram y compartirla con otras personas. No le da a las personas acceso a la cuenta privada de una persona", aseguró un portavoz de Facebook.
El proceso, sin embargo, difiere significativamente de la toma de una captura de pantalla. Los enlaces públicos contienen información básica sobre la foto o el vídeo que muestran, incluidos detalles sobre cómo se cargó y sus dimensiones. Demuestran, además, la autenticidad del material; no es posible montarlos o editarlos como es el caso de los pantallazos.