Con el apoyo de siete de cada 10 mexicanos (69%) llega el presidente Andrés Manuel al I Informe de Gobierno para rendir cuentas sobre los primeros nueve meses como “jefe de las instituciones nacionales”, dirían los más afamados y oficialistas colegas de hace apenas dos décadas.
Pero si nos atenemos al lugar común de la mayoría los analistas famosos y “maiceados” aunque ahora por los poderes fácticos, gobierna desde el 2 de julio del año pasado o bien a partir de que recibió la constancia de presidente electo, el 8 de agosto de 2018. No es así porque los principales proyectos de Enrique Peña siguieron su curso, como la construcción del NAIM de Texcoco, la reforma educativa y el tren Toluca-México.
Sean nueve, 13 o 14 meses, el hecho es que de acuerdo con la más reciente encuesta de El Universal, dada a conocer el miércoles 28, salvo noviembre del año pasado en que como presidente electo “tuvo un bache de aprobación”, los demás meses AMLO estuvo por encima del 64% de respaldo. Esto es, no sólo no ha bajado el aval popular a la gestión presidencial sino que, además, se mantiene alto el optimismo con respecto al futuro: 60% cree que México mejorará en el resto del sexenio; 21% estima que las cosas seguirán igual y únicamente 13% considera que la situación empeorará en los próximos años.
Por si lo anterior no fuera suficiente, 74% de los encuestados por el diario votaría para que AMLO siga en Palacio Nacional en el caso de que hoy se realizara el referéndum revocatorio, mientras que 19.3% lo haría en contra. Únicamente 6.6% aún no sabe. La mayoría, 64.4%, respondió que no se arrepiente de haber votado por el hoy mandatario; 21.8% afirma que su opción electoral fue otra; 6.5% dice que no votó en los pasados comicios y 5.9% comenta que sí se arrepiente. El mismo porcentaje, 46.8%, alcanzan quienes creen que López Obrador sí tomaría en cuenta sus propuestas en caso de hablar directamente con él. La cifra es muchísimo menor para gobernadores y alcaldes.
Las muy altas tasas de aprobación desmienten los pronósticos de los muy inteligentes (para qué y para quién) analistas, pero militantes contra la cuarta transformación y que empiezan a agruparse en torno a las iniciativas políticas de los dos Claudio X. González, magnates que las presentan como de la sociedad civil.
Otros dan golpes como chivos (con el perdón de éstos) en cristalería y convocan a protestar el fin de semana para presentar una franquicia electoral que puja por no morir, disfrazándose de “moderna y socialdemócrata” con políticos desacreditados por arribistas, corruptos y corruptores que ahora quieren en la cárcel a Peña Nieto, pero antes lo apoyaron hasta la ignominia.
Algunos, acaso más desesperados (¿o forman parte del mismo tinglado montado por los dueños de Kimberly Clark de México?), de plano optaron por espiar algunas reuniones de López Obrador, como lo informó el mismo tabasqueño en la mañanera del jueves 29. “Hace unos días se encontró una cámara de esas pequeñitas, sofisticadas… Nos estaban grabando en una de las salas donde hay reuniones de grupos”.
En tanto que el sabotaje legal a la 4T, denominado también “cártel de los amparos”, acumula 5 mil 450 contra reformas y acciones del gobierno de Obrador, promovidos por despachos y litigantes vinculados a los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional, como lo reconoce hasta Milenio Diario.
De acuerdo con un análisis en poder de los órganos de gobierno de la Cámara de Diputados, tan sólo la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos enfrenta 4 mil 364 amparos de funcionarios del Poder Judicial y de organismos autónomos, mientras la suspensión de recursos públicos al programa de estancias infantiles acumula mil 28 recursos en contra.
Y lo que viene es, a mi juicio, muchísimo más.