Ruiz Esparza, tras los barrotes

Ruiz Esparza, tras los barrotes

Gerardo Ruiz Esparza administraba los cuantiosos bienes, contratos de obras y servicios de la CFE durante el foxiato y el calderonato. Ubérrimos, fructífero$, todos ellos. Y una tarde lo encontré en una comida tardía con otro alto funcionario de la misma Comisión Federal de Electricidad, en la cafetería de un hotel del capitalino barrio de Anzures.

 

Caminaba el escribidor por el amplio pasillo de la hostelería diseñada por el arquitecto Ricardo Legorreta, cuando de la mesa que ocupaban se levantaron ambos personajes para intercambiar saludos. Se acercaron hacia las barras cilíndricas de metal que delimitan al comedero con el paso de viandantes y espeté:

 

-- Gerardo, sabía que un día te vería tras los barrotes.

 

Una profecía que, de acuerdo a los trazos de la 4T, podría cumplirse en circunstancias muy distintas a la de aquella broma que, entre los presentes causó hilaridad, excepto, claro, en el aludido.

 

Porque el destino de Ruiz Esparza estaba marcado desde hace mucho tiempo.

 

Hasta Meade quería enchiquerarlo

 

Vea usted si no, cuando cuentan los allegados a José Antonio Meade que, de haber llegado el candidato priísta --no priísta-- a la Presidencia de la República, entre las primerísimas tareas en su particular lucha contra la corrupción habrían estado llevar ante la justicia a Rosario Robles y a Gerardo Ruiz Esparza.

 

La primera, como todos sabemos, con cuentas pendientes con Meade y, sobre todo con la sociedad, ya está bajo resguardo. El segundo comenzó a sentir pasos en la azotea desde el momento mismo en el que AMLO recibió el voto mayoritario popular.

 

Y es que durante los 12 años en los que Ruiz Esparza fue encargado de las grandes obras públicas del fatídico peñato --la mitad de ellos como titular de la SCT en el gobierno federal; la otra, previa, en tareas similares en el Estado de México-- acumuló casi tantas denuncias como "moches" en su haber:

 

Circuito Exterior Mexiquense --una de las vías con las cuotas más altas del país, y en permanentes malas condiciones.

El medio Viaducto Bicentenario --cobrado a los contribuyentes como si lo hubieran hecho completo cinco veces.

 

La fallida autopista Naucalpan - Toluca --con 12 años de atraso, registrando pérdidas y más pérdidas para la pandilla de EPN, razón por la cual su socio, compadre y cómplice, Juan Armando Hinojosa "anda muy deprimido", según fuentes confiables.

 

Y, entre los negocios de la pandilla atracomulca, el también frustráneo México - Toluca, con el cual pretendían conectar a la capital nacional con los terrenos adquiridos --no siempre por las buenas-- en las goteras del Valle de Toluca para desarrollar enormes fraccionamientos.

 

Todos los caminos pretendían que llegaran a ese "bisne".

Y de las obras federales --Paso Exprés, Mega Aeropuerto de Texcoco, etc.--, mejor ni hablar. Denuncias, moches, denuncias, moches, denun…

 

Juan Armando (Higa) Hinojosa, el operador

 

Desde aquellos tiempos en Toluca, EPN, Luis Videgaray y Ruiz Esparza tenían un operador cercano, de confianza, quien no sólo los colmaba de regalos, además les redituaba en grandes negocios conjuntos: Juan Armando Hinojosa Cantú, quien probablemente aún guarda en los hangares de su aerolínea Eolo, en el aeropuerto de Toluca --¿de dónde más, si no-- el helicóptero gemelo a aquél en el que se mató su único hijo varón, regalado por él a Peña Nieto. Comprar dos, salía más barato que sólo uno.

 

Hinojosa Cantú, me dicen, está ahora en España. Desde hace meses. Pero no cerca de Peña Nieto, quien también anda por aquellos lares, toda vez que el ex ocupante de Los Pinos se deshizo de casi todos quienes alguna vez lo favorecieron, lo apoyaron y hasta lo empujaron a crecer en lo político y, más todavía, con quienes le obsequiaron y lo hicieron multimillonario.

 

Deprimido, prácticamente apestado, el tamaulipeco Hinojosa Cantú no ha podido vender los restos de la inacabada autopista Naucalpan - Toluca, último de sus muchos negocios con los atracomulcas, no obstante que el sucesor de EPN, Eruviel Ávila, le extendió el plazo de la concesión varias décadas más.

 

El mal fario se cierne sobre Ruiz Esparza. En prácticamente todos sus actos de señalada corrupción, además, aparece el nombre de Juan Armando Hinojosa.

 

¿Se cumplirá mi profecía?