El acuerdo suscrito entre la Comisión Federal de Electricidad y tres de las cuatro empresas involucradas en los contratos de construcción de gasoductos en el país y que permitirá a la CFE ahorrar 4 mil 500 millones de dólares es muy importante, coincidieron en subrayarlo –en la mañanera de Palacio Nacional del martes 27–, el presidente Andrés Manuel López Obrador, Manuel Bartlett (director de la paraestatal), Carlos Slim (presidente honorario vitalicio de Grupo Carso), Carlos Salazar Lomelín (presidente del Consejo Coordinador Empresarial) y Antonio del Valle (presidente del Consejo Mexicano de Negocios).
Lo es no sólo por el ahorro que tendrá la hacienda pública, lo que permitirá destinar más de 85 mil 500 millones de pesos a otras necesidades de México, sino también porque evitó un litigio con seis reclamaciones de arbitraje preliminares en Londres y una en París. E independientemente de si lo ganaba el país o las empresas, dañaría la confianza de los inversionistas o tendrían un excelente pretexto para no invertir. Y los plutócratas que apuestan por el fracaso de AMLO, como los Claudio X. González (Laporte y Guajardo), jefes de lo que denominan “el cártel de los amparos” contra la construcción del aeropuerto de Santa Lucía, tendrían un punto a su favor para agrupar a la oposición empresarial, intelectual (como María Amparo Casar) y periodística (Carlos Loret de Mola, entre muchos).
Oportunísima resultó la definición de Slim Helú, el octavo capitalista más rico de la aldea, sobre el crecimiento económico y el estado en que se encuentra. Para el ingeniero egresado de la Universidad Nacional “El crecimiento puede ser cero o 2 o 0.2 o 0.8 (%), no es importante, lo importante es que está así porque no ha habido esa gran inversión”.
Auguró Carlos Slim que “Vamos a crecer bien y pronto, no este año... no sé si crezcamos o no crezcamos, es intrascendente. Lo relevante es que hay un potencial y grandes posibilidades de crecimiento”. Y puntualizo a los analistas que todo lo atribuyen a la falta de confianza de los inversionistas con el gobierno de la cuarta transformación por la cancelación del gran negocio del aeropuerto de Texcoco, que “El empresario invierte no porque tenga mucha o poca confianza, sino porque tiene mucha o poca demanda. Si hay demanda pues invierte, sino es un tonto, va a perder sus actividades”. Para finalizar que México es un paraíso en el que los empresarios pueden tener el 8% con alternativas a largo plazo, como los previstos en el sureste y Santa Lucía.
Entre lo firmado con Carso Energy –la primera que aceptó la renegociación del contrato suscrito legalmente durante el gobierno de Enrique Peña–, IEnova y TC Energía están: tarifas de servicio de transporte de gas natural, transparentes y que reflejen los costos reales; tarifas fijas a través del tiempo; acuerdos equilibrados sobre casos fortuitos y fuerzas mayores, y desistimiento de las partes de cualquier acción legal.
Además lo suscrito permitirá que se materialice el compromiso de no aumentar los precios de los energéticos. Y a la CFE que tenga la capacidad de invertir, tener finanzas sanas y disponer de una cantidad de gas importante para atender Baja California Sur y la península de Yucatán.
Asimismo, se podrá acceder, por medio de las conexiones existentes, al combustible más barato del mundo que es el de Texas. Lo que permitirá a México hacer uso de un gas económico para sustituir el diésel y el combustóleo que son más caros y contaminantes, en tanto que con el gas es una tercera parte del otro y tiene una gran ventaja ambiental.