Gente indeseable hay en todos lados, pero en el Partido Acción Nacional sobresale uno. Su nombre no dice mucho, pues siempre ha vivido en las sombras cual rémora a la espera de las sobras que caigan de la boca del tiburón.
Pedro Gutiérrez Valera, el impresentable aprendiz de otro impresentable llamado Javier Lozano Alarcón, ha dado nuevamente de qué hablar en el PAN poblano, luego de que se comprobara su “estrategia” para intentar manchar el inobjetable triunfo de Jesús Zaldívar en la contienda interna para la presidencia del Comité Directivo Municipal del blanquiazul.
Insisto, su nombre no dice mucho, pues su máximo logro es haber fungido como uno de los más grises regidores del Ayuntamiento de Puebla, donde mostró el cobre al falsificar firmas en un dictamen de entrega-recepción en 2011.
Gutiérrez Valera, además, dio la nota al tener la indecencia de grabarse dando sexo oral a una jovencita en su época de director del Conalep. ¿Así o más impresentable?
Y eso no es todo, previo a la marrullería que intentó en la Asamblea Municipal del PAN, Pedro Gutiérrez presuntamente patrocinó los golpeteos de algunos periodistas contra el excandidato del PAN a la gubernatura, Enrique Cárdenas Sánchez.
Pues este “maestro marrullero” llegó muy ufano a la asamblea panista del pasado domingo a brindarle su “apoyo” a Eduardo Alcántara Montiel, a quien terminó dejando en ridículo luego de intentar sembrar unas actas presuntamente robadas en un baño de conocida cafetería.
Las cámaras de seguridad de la cafetería ubicada a unos pasos del Salón Country, donde se llevó a cabo la asamblea, evidencian que Pedro Gutiérrez entró a dejar las actas a favor de Alcántara Montiel supuestamente robadas.
Pese a la intentona absurda, infantil y propia de un amateur en cuestiones políticas, tuvo la desfachatez de acompañar a Lalo Alcántara a exigir la anulación del proceso donde fue electo Jesús Zaldívar Benavides, quien cuenta con el respeto total de los liderazgos panistas, algo de lo que nunca podrá presumir Pedro Gutiérrez.
Tras descubrirse esta acción estúpida -disculpe la palabra-, Pedro Gutiérrez queda nuevamente con el prestigio (si es que alguna vez lo tuvo) por los suelos, como ha estado desde que falsificó firmas, hizo su video porno y pagó por el golpeteo hacia Cárdenas.
En este montaje absurdo cayó incluso el diputado local Oswaldo Jiménez, quien hizo escándalo en Twitter por las actas supuestamente robadas y hoy tuvo que reconocer su error, que le deja la lección de no confiar en marrulleros como Pedro Gutiérrez.
Estas acciones del más impresentable de los impresentables panistas no debería quedar impune y aunque Jesús Zaldívar, en un afán reconciliador, busque sumar a todas las voces en el blanquiazul, hay personas que es mejor tenerlas lejos.