En diciembre de 2015 llegó a la presidencia de Argentina el derechista Mauricio Macri. Con ello puso fin a un periodo de 12 años de gobiernos de izquierdas encabezados por la pareja Kirchner-Fernández, caracterizados por políticas sociales y económicas anti-neoliberales.
Macri llegó apoyado por la oligarquía nacional e internacional por lo que tenía el fuerte compromiso de revertir las políticas sociales e instaurar el neoliberalismo. Así lo hizo de forma inmediata. Eliminó los subsidios, los precios controlados y las subvenciones a sectores vulnerables; redujo el presupuesto a salud y educación; privatizó las empresas nacionalizadas; privilegio fiscalmente a las empresas más ricas y aumentó la carga de las personas físicas.
El resultado fue un shock económico que metió en recesión a la economía argentina. El tipo de cambio pasó de 9.40 pesos por dólar al finalizar el periodo de Cristina Fernández, a 15.50 pesos para los primeros meses de gobierno de Macri; esta depreciación, asociada a la liberación de precios de los energéticos (tarifazos) inició un círculo vicioso entre inflación y tipo de cambio que llevó a una mega-depreciación de la moneda a 40 pesos por dólar en 2018 y a una inflación de 48%. Para el último periodo la inflación alcanzó el 56%, el nivel más alto en las últimas 3 décadas, es decir, esta situación no se vivía desde la crisis de deuda de los ochenta.
El fin de semana pasado se celebraron elecciones primarias en Argentina. Es un proceso establecido en 2009 en el que los partidos políticos pueden postular varios candidatos y la población de manera abierta (sin tener la obligatoriedad de estar afiliado a un partido) puede votar por alguna fórmula. Este proceso no sólo sirve para que los partidos elijan a sus candidatos, sino también habilita a los partidos, ya que si un partido no alcanza un mínimo de 1.5% de la votación no puede participar en las elecciones generales.
En las primarias pasadas, la fórmula de Alberto Fernández, “El Frente de Todos”, en el que se postula Cristina Fernández como vicepresidenta, obtuvo una votación mayor en 15 puntos a la fórmula que postula la reelección de Macri. Si los resultados se repiten el 27 de octubre, Macri perdería en primera vuelta y significaría la vuelta de los gobiernos de izquierda.
Como cada vez que el pueblo se levanta, estos resultados pusieron a temblar a los grandes capitales. La Bolsa Argentina ha caído más del 7% y ha contagiado el nerviosismo al resto de países latinoamericanos que han sumado a la presión de la guerra comercial Estados Unidos-China. El tipo de cambio llegó a 63 pesos por dólar, lo que significa que durante la gestión de Macri la moneda se ha devaluado en 550% (ver gráfica 1) y la inflación a final de mes podría rebasar el 60%.
Elaboración propia con datos de Bloomberg
Las condiciones de vida de los argentinos se han deteriorado rápidamente durante el shock macrista. La pobreza pasó de 29 a 35% y la indigencia del 6 al 9%. La destrucción de puestos de trabajo ha sido más agudizada en el sector manufacturero y la tasa de desempleo general está cercana al 11%.
En términos de deuda, Cristina Fernández dejó un país saneado, incluso liquidó la deuda con el Fondo Monetario Internacional y combatió el ataque de los fondos buitres. Macri elevó la deuda pública al nivel del 88% del Producto Interno Bruto, ¡es una locura!
Durante el segundo año del gobierno de Macri, la economía pasó de la recesión (estancamiento) a la crisis (caída), la economía se contrajo 2.5% en 2018, las previsiones para 2019 es una contracción del 3% y para 2020 del 1%.
Aayer, Macri salió a cambiar a los mercados y anunció una serie de medidas “populistas” como la reducción temporal del impuesto sobre la renta, un bono para empleados públicos de 5 mil pesos argentinos, (79 dólares o 1,500 pesos mexicanos, realmente risibles para las condiciones actuales); aumento al salario mínimo aún sin definirse; congelamiento por dos meses de los precios de combustibles; aumento en becas estudiantiles de 40% y un plan de regularización fiscal para empresas pequeñas. No fue suficiente, los mercados entraron en pánico y ante un posible “default” del gobierno (imposibilidad de pagar la deuda) los capitales financieros presionaron al alza el riesgo país.
Es la muestra del fracaso del neoliberalismo y de la derecha. Ojalá que octubre llegue pronto y el infierno para los argentinos termine rápido.
*Profesor-Investigador Facultad de Negocios, Universidad La Salle México
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
Twitter: @BandalaCarlos