El futbolista Emiliano Sala y el piloto David Ibbotson inhalaron altas dosis de monóxido de carbono durante el siniestro que acabó con sus vidas el 21 de enero de 2019, según adelanta el nuevo informe preliminar de la agencia de investigación de accidentes aéreos AAIB.
"Exámenes de toxicología de la sangre del pasajero muestran un nivel de saturación del 58 por ciento de carboxihemaglobina (COHb)", señala el parte publicado este 14 de agosto.
COHb se produce de la combinación de monóxido de carbono (CO) y la hemoglobina o molécula conductora de oxígeno de las células rojas.
Según los analistas de la AAIB, un "nivel de COHb de o por encima del 50% en un individuo con buena salud se considera potencialmente fatal".
En el tipo de avioneta que trasladaba al jugador argentino desde Francia a la sede de su nuevo club, el Cardiff City, en Gales, no hay separación entre las cabinas del piloto y los pasajeros, de forma que la intoxicación afectaría a ambos.
"Está claro que la exposición a CO puede reducir o inhibir la habilidad de un piloto para dirigir un aparato", reza este segundo informe preliminar de los investigadores.