Aunque la idea de desarrollar órganos humanos en animales no es algo nuevo, por primera vez este procedimiento sería apoyado por un gobierno.
En marzo de este año, el ministerio de Educación y Ciencia japonés emitió nuevas pautas en torno a la investigación con células madre, lo que dio luz verde para que el científico Hiromitsu Nakauchi, que lidera grupos de investigación de la Universidad de Tokio (Japón) y Stanford (Estados Unidos), pueda desarrollar órganos humanos en animales a raíz de células madre humanas, según informó la BBC.
Lo relevante de este hecho es que hasta hace cuatro meses la ley en Japón obligaba a destruir los embriones en los que se hubieran introducido células humanas después de dos semanas y prohibía su implantación en úteros animales, pero hoy día, dicha ley ha sido modificada y por primera vez recibe la autorización del gobierno nipón.
El controvertido ámbito de investigación consiste en implantar células madre humanas, conocidas como “iPS”, en embriones animales modificados, las cuales son capaces de producir cualquier tipo de célula dependiendo de la parte del cuerpo en la que se implante.
Esto sería un primer paso para la viable fabricación de órganos humanos en el interior de animales.
De acuerdo con información de El Universal, para el investigador Nakauchi, encargado del proyecto, la nueva normativa aprobada por Japón ayudaría a su avance, pero todavía queda mucho camino por recorrer. Aseguró también que durante la primera fase no llevarán los embriones al término de su gestación.
Estados Unidos y otros países ya habían intentado cultivar células humanas en embriones de ratón, rata y hasta de oveja para luego trasplantar esos embriones en animales sustitutos; sin embargo, los experimentos se interrumpieron, ya fuera por restricciones legales o por fallas en las pruebas.
Esta modificación a la ley japonesa ha causado gran polémica e incluso la revista Nature publicó que a algunos bioeticistas les preocupa que las células humanas puedan usarse para algo más que el desarrollo del órgano en particular y alcancen el cerebro del animal, afectando a sus capacidades cognitivas.
De cualquier modo, la decisión final, en todo caso, depende de un comité de expertos del consejo de Ciencia y se dará a conocer en este mes.