Una mala costumbre que se tiene muy arraigada en México es fingir ser altruista para sacar beneficios propios. Es decir, el vanagloriarse y catalogarse como un alma caritativa cuando en verdad de honesto se tiene muy poco.
Lo invito a hacer memoria con este humilde escribidor y un pasaje que vivió hace unos años. A las oficinas de Imagen Poblana llegó la directora de una supuesta fundación altruista a gritarle a este columnista por la publicación de un texto donde se cuestionaba su presunto interés por los desprotegidos.
Palabras más, palabras menos, en la referida columna critiqué que esta señora fuera tan insistente en tener convenios con los gobiernos cuando su fundación es de las más cuestionadas en Puebla, pues, según los enterados, una cosa es lo que dice y otra lo que hace.
Con ella llegó su esposo, un tipo prepotente con aires de grandeza que tiene la sangre más pesada que su conciencia… y eso ya es mucho.
Me refiero a Ángeles Conde, directora de Fundación Majocca, quien esta semana reapareció en escena al ser parte de un convenio que el Sistema Estatal DIF firmó con asociaciones civiles y universidades.
En serio, perdón por ser tan mal pensado. Ángeles Conde se mantuvo alejada mucho tiempo de los reflectores, pues parece que no logró encantar a los exgobernadores Rafael Moreno Valle y Antonio Gali para estar cerca de ellos y ahora de la noche a la mañana logra colarse en este convenio del SEDIF.
Parece que la directora de Majocca ha dado el primer paso para regresar a las mieles de los “amigos” del Gobierno, algo que no se vería mal si en verdad se supieran de acciones trascendentes por parte de su asociación.
Y bueno, es entendible que la señora busque acercarse a la gente de poder, luego de que su esposo, el mal recordado y malcriado Salvador Sánchez Trujillo fuera echado de una patada de la Secretaría de Bienestar.
Me cuentan que a Salvador Sánchez nadie lo quería y cuando salían a la luz sus malas mañas con los trabajadores de la antes llamada Secretaría de Desarrollo Social, el señor organizaba encerronas para regañar a grito cantado a todos los “traidores” que lo acusaban.
Incluso, se decía “amigo” de Martha Erika Alonso, cuando en realidad la finada gobernadora ni siquiera lo toleraba.
En fin, habrá que ver si esta vez Majocca da de qué hablar para bien o se mantiene en el mismo tenor que hace años.
Siguiendo con este tipo de personajes, de risa resulta ver en este acto del SEDIF al hasta hace unos años dueño del Puebla de la Franja, Jesús López Chargoy. Lo más extraño fue verlo de traje y no con sus acostumbrados pantalones de mezclilla arrugados y deslavados.
Y es cómico ver a López Chargoy debido a que el director de la UDAL no dispara ni en defensa propia, basta recordar cómo se traía a pan y agua a los trabajadores y jugadores del Puebla.
Me cuentan que Jesús López Chargoy ya no sabe cómo mantenerse vigente e incluso anda contratando al supuesto periodista José Hanan para lanzar mentiras a diestra y siniestra sobre la nueva directiva del Puebla.
Sin duda, hay personas que nunca cambian.