Un misterio científico envuelve a las islas flotantes de sargazo, las colonias de algas gigantes color amarillo oro de áspera textura, que viajan desde los mares de Brasil o EEUU hasta recalar en las paradisíacas playas blancas del Caribe, afirmó en entrevista con Sputnik la oceanógrafa mexicana Rosa Elisa Rodríguez-Martínez.
"Estamos en las primeras fases de la investigación de un fenómeno muy difundido, desde las llegadas masivas de 2015 y 2018, pero científicamente es muy desconocido", dijo la científica del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, que estudia los sistemas acuáticos continentales, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), basado en el caribeño Puerto Morelos (Quintana Roo).
Una alerta internacional sonó esta semana con la llegada en los próximos días de una isla de 550 kilómetros de diámetro a las costas del este de la península de Yucatán, que pertenecen al estado Quintana Roo, anunció una red de monitoreo que incluye a la agencia espacial de EEUU (Nasa).
Aunque los primeros indicios comenzaron en 2011, fueron los eventos de 2015 y 2018 los que mostraron el impacto de la llegada masiva del alga, que al pudrirse tiñe las playas coralinas blancas de un color rojizo.
"El problema se origina frente a Brasil, pero pequeñas cantidades provienen del llamado Mar de los Sargazos, localizado en el océano Atlántico, frente a las costas de EEUU", un bosque marino de 3,5 millones de kilómetros cuadrados, conocido desde las crónicas de Cristóbal Colón, en el siglo XVI, dice la investigadora.
La respuesta del Gobierno de México está centrada en operaciones de limpieza y recolección de las playas de la costa de la Riviera Maya, donde se ubica Cancún, el mayor destino turístico del país, que representa 14.000 millones de dólares de ingreso para el estado Quinta Roo.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo el lunes que "lo del sargazo es un asunto menor", al compararlo con las 13.000 toneladas de basura que diariamente se recogen en la Ciudad de México.
Según el mandatario, el sargazo que llaga a la zona de Cancún representa el 3 por ciento de la basura capitalina, unas 390 toneladas.
Al revelar que rechazó un plan para declarar una "emergencia" por el fenómeno, consideró que "es un problema de ineficiencia en la recolección".
Una inversión federal de 2,6 millones de dólares permitirá construir, en los astilleros de la marina, una decena de embarcaciones barredoras y barreras de contención del alga en el mar.
"Creemos que el presidente opina que el sargazo no es un gran problema porque no está siendo bien asesorado para comprender la problemática, porque es un tema muy complejo que necesita cooperación con la comunidad científica internacional", dijo la investigadora.
Solo en 17 kilómetros de las playas de Puerto Morelos habrían recalado en 2018 unas 200.000 toneladas
Aunque en el primer trimestre de 2019 la cantidad estimada fue un 30 por ciento menor al año pasado, todo puede cambiar con la llegada de la isla masiva que se avecina.
Terreno desconocido
"Los investigadores desconocemos si el arribo masivo de sargazo al Caribe oriental en los años recientes fueron eventos únicos o si se volverá frecuentes y periódicos" dijo Rodríguez-Martínez vía telefónica.
Los oceanógrafos de la UNAM consideran que faltan reglamentos, si la conclusión es que el fenómeno será periódico, como el que se avecina sobre unos 250 kilómetros de playas de la península de Yucatán, desde Tulúm hasta la frontera con Belice.
La experta recomienda un puñado de acciones para su manejo y usos alternativos, como "remover el sargazo del mar antes que recale en las playas, respetando la vida silvestre".
También alienta a regular el traslado al destino final del sargazo recolectado y contar con una vigilancia efectiva.
La razón es que se desconoce el contenido de esa biomasa, que al pudrirse puede contener metales pesados o restos de hidrocarburos recogidos al barrer los mares.
"Esos elementos serían dañinos si se pretende utilizarse como composta, fertilizante, alimento de ganado o incluso para seres humanos", advierte.
Una tercera medida es que el monitoreo en línea permita "cuantificar el sargazo que llega a diferentes localidades en el tiempo real", para proteger ecosistemas y la economía de comunidades costeras.
Las interrogantes
Aún no existe evidencia empírica para conocer los riesgos del uso industrial de la macroalga como fertilizante, suplemento alimenticio, producción de metano, bioplásticos, entre otros.
Las gigantescas formaciones flotan por medio de vejigas llenas de gas, donde habitan peces crustáceos y hasta tortugas, pero pueden acumular contaminantes.
"Tampoco están normadas las formas de mitigar el impacto ambiental al deshacerse de esa biomasa en descomposición", en depósitos o a cielo abierto, comentó la experta.
El sargazo aún no es considerado un recurso ecológico cuando flota en los mares abiertos, o un recurso económico cuando llega las playas, lamentó.
"El alga duplica su biomasa en 18 días, en laboratorio, pero se ignora la velocidad de crecimiento en condiciones naturales de ultramar, ni cómo crece, sobrevive o se hunde, ni su destino final", explicó Rodríguez-Martínez.
Su surgimiento y ruta, trazada por las corrientes y los vientos, no está muy bien estudiado. (Víctor Flores García)