Ahora que Luis Miguel Barbosa fue nombrado oficialmente como gobernador electo de Puebla, comienza la cuenta regresiva hacia el 1 de agosto cuando deberá cumplir con los grandes retos de visitar todas las zonas del estado y platicar con todos los grupos políticos y sociales, a fin de dar vida a su propuesta de reconciliación en la entidad.
A las afueras del Instituto Nacional Electoral en Puebla, Miguel Barbosa Huerta ofreció su primer mensaje ya con la constancia de mayoría que lo acredita como el ganador en las urnas el pasado 2 de junio.
De ahí fue enfático en asegurar que impondrá una nueva forma de hacer gobierno y una nueva política en Puebla, para llegar a la meta de reconciliar y dar de nueva cuenta confianza de los ciudadanos en sus autoridades.
No obstante, los grandes retos que tiene por delante en los siguientes 58 días antes de su ceremonia de protesta serán los de convencer al resto de electorado que no votó por él de que puede presentar una opción viable para llevar a cabo un buen gobierno Puebla, luego de más de un año de inestabilidad política.
Para ello, promoverá una gira en el interior del estado para visitar los 26 distritos electorales y con ello dar vida a su discurso de que mantendrá un gobierno no solo de la capital, sino de todas las regiones en la entidad.
A la par, el gran reto para Miguel Barbosa será conciliar con los líderes de todos los partidos políticos, para que se unan en su empresa de llevar la serenidad al estado poblano, luego de las elecciones que culminaron hace apenas 11 días.
En el plano nacional, ha encontrado diversas trabas por parte de los líderes de Acción Nacional y Movimiento Ciudadano; sin embargo, las dirigencias locales no han mostrado renuencia, por lo que se espera que se dé una buena conciliación de todos los grupos o al menos de los partidos hegemónicos en la entidad.
Todo esto en el marco de sus primeras políticas en acción con las reformas que enviará al Congreso, para que la bancada de Morena las presente y, de aprobarse, permitan que cree el nuevo andamiaje jurídico que prometió en campaña.
Aunque algunas pueden no ser difíciles de proceder como la desincorporación de varias secretarías, hay otras que tienen que ver con reformas a las leyes orgánicas, a las que diputados de oposición mostrarían renuencia por pensar que pueda tratarse de reformas a modo para controlar el poder político en el estado.
Miguel Barbosa contará de menos de 2 meses para llevar a cabo una transición ordenada y limpia sin conflictos políticos que impidan un buen arranque para lo que resta de 2019, previo a pensar en 2020 que será su primer año completo en el poder; que a su vez será la antesala de las elecciones intermedias de 2021 en que renovarán ayuntamientos y el Congreso del Estado.
