El Gobierno de México abrirá los archivos de la masacre de 'Jueves de Corpus' de 1971 y colocó un monumento en la sede de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad, al cumplirse 48 años de los hechos en que murieron 120 estudiantes, informó el titular de la Secretaría de Derechos Humanos, Alejandro Encinas.
"La acción del Gobierno federal forma parte del proyecto Sitios de Memoria, que prevé un rescate de los inmuebles que se utilizaron para las actividades de tortura y exterminio de los hombres y mujeres disidentes al régimen en esos años perpetradas por agentes federales y militares entrenados por EEUU", dijo Encinas.
Además, con vistas al 50 aniversario que se cumplirá en 2021 el Gobierno hará una reconstrucción de edificios de la época.
"Algunos se han demolido, otros dañado y otros vendido, pero vamos a recuperar varios de esos espacios de tortura", dijo Encinas.
Un monumento llamado "Circular de Morelia" ubicado la antigua sede de la temida DFS, en la calle del mismo nombre en el Centro Histórico de la capital fue inaugurado el lunes para recordar que "fue utilizada para el secuestro, la tortura y la desaparición de los jóvenes que se atrevían a alzar la voz contra el Gobierno", añadió Encinas.
El objetivo de la conmemoración es "tener fresco en la memoria estos lamentables hechos con los que se pretendió aniquilar, no solamente la disidencia del hecho estudiantil, sino la disidencia y la libertad de opinión y expresión de este país", dijo el alto funcionario federal.
La masacre fue ejecutada por la brigada "Los Halcones", entrenada por agentes de EEUU, en el centro de la capital durante la administración del entonces presidente Luis Echeverría, que fue investigado por genocidio, pero la acusación fue desestimada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en un juicio concluido el 26 de julio de 2005.
La Comisión Nacional de Búsqueda de Desparecidos se estableció en un área especial para los casos de desaparecidos de movimientos sociales del pasado, entre ellos el movimiento estudiantil de 1968, y las víctimas de la "guerra sucia", entre otros.
El presidente Andrés Manuel López Obrador reafirmó que "no vamos a torturar a nadie, no va a haber desaparecidos, ni mandar asesinar a nadie".
Varios líderes torturados por la DFS como Alberto Hijar participaron el acto de inauguración del memorial de la masacre, en la vieja sede federal.