Lo que parecía una inminente crisis con la aplicación de aranceles a partir de este lunes a las exportaciones desde México hacia Estados Unidos, resultó quedar solo en un amague, puesto que ambas naciones lograron un acuerdo bilateral para frenar el castigo económico de la mano de mejorar la política migratoria en este lado de la frontera.
Mientras continúa la discusión sobre quién “ganó” bajo la premisa de quienes han señalado que México no fue capaz de salvar la economía sin sacrificar su soberanía y quienes defienden que el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, y el gobierno mexicano fueron los ganadores en estas mesas de diálogo, la realidad es que este lunes no se verá el duro panorama en la economía con un cobro de 5 % por parte de Estados Unidos y que avanzaría hasta llegar a un 25 %.
¿Qué se terminó por negociar?
El acuerdo, ya firmado por ambas naciones, contempla una serie de compromisos en materia migratoria y económica que da obligaciones a ambos países para evitar esta situación en un futuro.
Por parte de México, el más importante fue que ahora el gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador deberá reforzar su frontera sur para evitar la entrada masiva de migrantes centroamericanos que van en búsqueda de una mejor vida a Estados Unidos.
Esta mejora significativa en la seguridad, de la mano de la Guardia Nacional, servirá con el doble propósito de además combatir y desmantelar las bandas dedicadas al tráfico de personas.
Asimismo, México se verá obligado a aceptar temporalmente a centroamericanos y dar asilo en tanto se resuelva su situación de regreso a sus países de origen. La situación da una obligación a México desde el punto de vista que centroamericanos detenidos serán expulsados inmediatamente, pero un traslado a Centroamérica resulta más largo y complejo.
Mientras, en este lado de la frontera se les dará asilo temporal, alguna oportunidad de trabajo y la total protección de Derechos Humanos, tal como lo ha prometido el presidente Andrés Manuel López Obrador.
¿Y del lado de Estados Unidos?
Por su parte, Estados Unidos tendrá en todo momento la obligación de salvaguardar la integridad de migrantes de cualquier nación y no promover grupos ilegales que exterminan a los viajeros.
De este modo, la nación gobernada por Donald Trump cubrirá y cumplirá con su compromiso de desarrollo integral para la prosperidad en México, El Salvador, Guatemala y Honduras. Todo esto en el marco del plan que propuso López Obrador para mejorar las condiciones de vida en este lado del mundo y en un futuro quede atrás la necesidad de salir hacia Estados Unidos.
El acuerdo, independientemente de la división de opiniones de ciudadanos a través de redes sociales, ya fue aplaudido por funcionarios de todo el país y el sector empresarial, quienes ven como benéfico el acuerdo llegado.
Incluso, las felicitaciones llegaron de Estados Unidos por funcionarios como el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, o el jefe de Estado, Mike Pompeo.