Mientras niñas, niños y adolescentes del mundo mejoran sus condiciones de vida general, en América Latina continúan siendo víctimas de una violencia en aumento. En México la situación es alarmante: mueren cuatro menores al día.
Es común oír durante las campañas electorales a los candidatos realizar afirmaciones como "los niños son el futuro de nuestra nación". Pues, si se tienen en cuenta los resultados del reporte 'Construyendo una vida mejor con la niñez', publicado el miércoles por Save the Children, América Latina está hipotecando el suyo.
"El informe busca visibilizar las condiciones más peligrosas en las que viven los niños alrededor del mundo. En 2019, México aparece allí dos puestos más abajo que el año anterior", dijo a Sputnik Nancy Ramírez, directora de Incidencia Política de la organización.
Si bien son varios indicadores los que ubican al país en ese puesto, como los casos de embarazo infantil, uno de los más alarmantes es el que tiene que ver con los asesinatos de niñas, niños y adolescentes de cero a 19 años.
La tasa de homicidios en este grupo etario es de 4,9 homicidios por cada 100.000 habitantes. Mueren cuatro menores víctimas de muertes violentas por día. En Siria y Palestina, países sumidos en la violencia bélica, esa tasa es de uno y 2,7 respectivamente.
"Es un número altísimo, estamos hablando de más de 1.100 asesinatos por año. Este fenómeno registró un fuerte incremento a partir de 2006, cuando comenzó la lucha contra el crimen organizado en el país. A partir de 2009 observamos un incremento constante en las tasas de homicidio que hasta la fecha no bajan", explicó Ramírez.
La directora de Incidencia Política de la entidad sostuvo que el panorama de políticas públicas del país continúa la misma tendencia que en el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012), cuando las Fuerzas Armadas comenzaron a involucrarse en temas de seguridad civil.
"Se trata de organismos que no están entrenados para tratar de forma adecuada y con enfoques de derechos humanos para niñas, niños y adolescentes. Pasan los Gobiernos y esto sigue sin cambiar. Todo apunta a que van a seguir las mismas dinámicas", añadió.
En cuanto a los asesinatos de menores existen varios escenarios, pero dos sobresalen por sobre el resto. Muchos son víctimas del fuego cruzado entre grupos de crimen organizado, o entre estos y las Fuerzas Armadas. Pero un grupo considerable muere por estar involucrados (e involuntariamente) dentro de las fronteras de la actividad del narcotráfico.
"Esto tiene que ver con situaciones de pobreza, de marginación, de desigualdad y rompimiento de los tejidos sociales. Son circunstancias efectivas de la realidad de nuestro país que hacen que los menores se vean involucrados en contextos semejantes", señaló Ramírez.
En México hay 20,7 millones de niñas, niños y adolescentes que viven en hogares que experimentan algún tipo de pobreza. Más del 50% de los niños y niñas mexicanos entre cero y 11 años vive por debajo de la línea de pobreza, de ellos, casi el 10% se encuentra en una condición extrema de carencias.
Además, el 48,8% de jóvenes entre 12 y 17 años también vive en condiciones de pobreza, y de los cuales un 7,8% en condición extrema. Para los niños indígenas indígenas la realidad es más brutal, sus porcentajes rozan el 80% de pobreza, y 78,2% en adolescentes, según datos de la Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
América Latina es la región más violenta de todas. La tendencia en homicidios en niñas, niños y adolescentes es la más alta del mundo. En la región mueren 70 menores a diario por causas relacionadas a la violencia.
Eso quiere decir que los niños y niñas de Latinoamérica tienen al menos el doble de probabilidades de ser asesinados que en cualquier otra parte. Desde el 2000, las tasas de homicidios en este grupo poblacional aumentaron un 8%.
Por su parte Cuba es el de mejor desempeño, seguido por Chile y Barbados. Los que viven peores condiciones son Guatemala y Honduras.
"Hay que analizar qué está pasando con la manera en que se está tratando el crimen en nuestras sociedades. Al contrario que otras poblaciones, en las nuestras los índices de violencia no están pudiendo ser reducidos. Incluso aquellos países con conflictos bélicos permanentes tienen tasas de homicidio mucho más bajas que las nuestras", concluyó.