En Inglaterra, un mujer pidió que tras su muerte, su mascota Emma, una perra de raza 'shih tzu' fuera sacrificada y cremada para ser enterradas juntas. Así escribió en un testamento y a pesar de la presión de algunas asociaciones protectoras de animales, su voluntad fue cumplida.
La polémica logró colocarse como tendencia en EEUU y el mundo en las últimas horas, es decir, dos meses después de que Emma fuera sacrificada y cremada para ser enterrada con su dueña fallecida, según publicó Clarín.
Según se supo, los trabajadores de un refugio de mascotas de Virginia, EEUU, intentaron durante dos semanas convencer a las personas cercanas a la mujer muerta de no sacrificar a Emma y hasta se ofrecieron para encontrarle un hogar.
Pero ninguna oferta sirvió de impedimento para hacer cumplir el último deseo de la mujer que aún después de muerta logró su cometido, con la cremación llevada a cabo el 22 de marzo.
En Reino Unido, las mascotas sanas pueden ser sacrificadas por sus dueños, aunque requiere de un proceso de consulta con un veterinario. El profesional puede dar su venia solo en caso de que no haya otra mejor opción para el animal.
De hecho, tras la polémica muerte de Emma, un portavoz de la Asociación Veterinaria Británica declaró que "a casi todos los veterinarios se les ha pedido que practiquen la eutanasia en mascotas sanas".
Entre las razones más comunes para sacrificar un perro en este país están el mal comportamiento de la mascota, la mala salud del dueño y la mudanza a una propiedad que no es la adecuada para el animal.
Según el portavoz, ante estos escenarios, los veterinarios están facultados para guiar a los dueños a través de "un proceso de toma de decisiones racional y ético para llegar a una decisión que redunde en el mejor interés del animal".