Presiones de tipo social no permiten que las personas mayores de 30 años dejen de vivir con sus padres, dijo el especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Ricardo Trujillo Correa.
El académico de la Facultad de Psicología señaló que este fenómeno no es una condición propia de los millennials, aunque apuntó habrá casos en los que la “conchudez” es el factor que no los deja salir del espacio familiar.
El especialista indicó a UNAM Global que aunque este sector de la población tenga estudios universitarios no tiene la expectativa de comprar una casa, por lo que el “lapso de pasar a la vida adulta”, se prolonga debido a las condiciones sociales.
“Vienen con nosotros y nos piden una patologización de las acciones, pero son presiones de tipo social, la economía no crece y hay una sobrepoblación que obliga a los jóvenes a seguir en casa de sus padres”, apuntó.
Trujillo Correa comentó que un joven que sale de la preparatoria no tiene las expectativas laborales como para tener departamento y una familia, por lo que ser independiente es más difícil.
“Las parejas optan por quedarse a vivir con la familia de alguno de ellos, lo más grave es que esta condición va a ir en aumento, tenemos un grupo de la sociedad que está rezagado”, agregó.