José Luis Sánchez Solá recorre nuevamente los pasillos del Estadio Cuauhtémoc y aunque encontró al dos veces mundialista con cambios en su rostro, la esencia futbolera del inmueble sigue deseando a un equipo aguerrido y con hambre, como el que tuvo hace ya 10 años el bien querido “Chelís”
Y no llega solo. Sánchez Solá se ha rodeado de un cuerpo técnico que combina visión de campo, táctica y -por supuesto- coraje con Jorge Damián Zamogilny como ejemplo de amor a la camiseta, quien tras abandonar Puebla en malos términos regresa a trabajar de la mano con “Chelís” desde el banquillo.