Hasta hace unas semanas, los Pericos de Puebla estaban hundidos en un abismo al que sin miramientos los había arrojado el anterior dueño, Gerardo Benavides Pape. El destino de la novena verde era el olvido, lo que causaba dolor entre los poblanos.
Sin embargo, de la noche a la mañana llegó una mano salvadora para que los emplumados permanecieran en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB).