La falta de circuncisión puede provocar la balanitis, una enfermedad que afecta la piel del prepucio y que su causa está relacionada a procesos infecciosos, a la limpieza deficiente del órgano sexual masculino y la estrechez del prepucio.
La balanitis se caracteriza por cambios de coloración en el pene, enrojecimiento, ardor, dolor, sarpullido y laceraciones, además de expulsión de material purulento, en casos graves.
Esta enfermedad puede presentarse con mayor frecuencia en adolescentes y adultos, especialmente en aquellos que no estén circuncidados, por lo que el tratamiento definitivo para evitar nuevamente la aparición de la enfermedad es la intervención quirúrgica.
También la administración de cremas tópicas para aliviar la inflamación, analgésicos, limpieza con agua y jabón neutro, y en ocasiones esteroides tópicos, que disminuyen la hinchazón, comezón y sarpullido.
La enfermedad normalmente desaparece tras aplicar correctamente el tratamiento, pero si no es atendida a tiempo o se prolonga puede ocasionar dificultad en el desplazamiento del prepucio sobre la cabeza del pene, dolor en la retracción del prepucio y cicatrizar y estrechar el orificio del órgano.
Para evitar complicaciones, se recomienda en caso de no estar circuncidado, efectuar el aseo diario y minucioso del glande y prepucio sobre todo después del contacto sexual.
