Este pequeño visitaba un zoológico con su familia cuando se apoyó contra el cristal de la zona de los leones. Uno de ellos tuvo que pensar que era la presa perfecta estando de espaldas, pero se llevó un buen chasco.
El enorme animal se abalanza sobre el niño y se da de bruces contra el cristal que los separa. Y todo ello sin que el pequeño se inmute. Quienes lo graban le hacen señales al niño para que se gire y salude al felino, que sigue intentando sin mucha suerte jugar con él o comérselo.