La sorpresiva e inmediata reunión de Enrique Peña Nieto, actual mandatario de México, con el virtual nuevo presidente, Andrés Manuel López Obrador, resulta significativa para la tranquilidad de los connacionales, señaló Juan Luis Hernández Avendaño, politólogo de la Universidad Iberoamericana.
En entrevista con Imagen Poblana, el académico de la institución jesuita opinó que pese a imaginarse cómo un escenario poco probable, dicho encuentro coadyuva a que la transición política en la tierra del águila y el nopal sea tersa y armónica.
Admitió que la guerra sucia percibida durante la campaña hacía suponer a varios que se desataría una especie de conflicto postelectoral. En este sentido, reconoció su sorpresa al atestiguar que los perdedores llamaran al ganador de la contienda, así como ver al aspirante del PRI admitiendo su derrota, o López Obrador lanzando un mensaje incluyente.
"Creo que desde el domingo hemos estado todos siendo testigos de sucesos y acontecimientos políticos inéditos y absolutamente impredecibles", acotó.
Consideró que el acercamiento entre el político mexiquense y el tabasqueño significa "un salto cualitativo de normalidad democrática", que era muy necesario para contrarrestar la violencia latente en el país.
Asimismo, destacó que ambas figuras están aprovechando el tiempo para que la transición sea mejor, pues explicó que parte de las propuestas del eterno líder de las izquierdas ya fueron incluidas en la renegociación del Tratado de Libre Comercio, que en estos momentos el ejecutivo federal está teniendo con Estados Unidos.
"Hay que recordar que Fox nombró a su gabinete hasta noviembre (...) Hoy estamos viviendo una suerte de utilidad de los días", dijo.
Sobre si prevé una especie de exoneración de López Obrador hacia Peña Nieto, el académico mencionó que eso es algo que muchos ciudadanos se preguntan; consideró que de no investigar los fraudes o saqueos institucionales perpetrados durante la administración del mexiquense, muchos de los simpatizantes del sureño se sentirían traicionados.
Agregó que probablemente una de las apuestas del gobierno saliente al reunirse con el exjefe capitalino es que no se revisen investigaciones hacia Peña o a sus grupos más cercanos.
