“Todes” y “nosotres”: cuando lingüistas ¿sufren por el feminismo?

“Todes” y “nosotres”: cuando lingüistas ¿sufren por el feminismo?

La polémica en torno a la equidad entre hombres y mujeres manifestada en el lenguaje vuelve a ser el centro de la atención después de que la Universidad Diego Portales de Chile aceptara la petición de 29 grupos feministas para incluir en sus actividades académicas el uso de las palabras “todes” y “nosotres”.

 

Y es que para algunos lingüistas la utilización de palabras o términos incluyentes entorpece la eficiencia comunicativa, mientras que para ciertas activistas locales dicha medida es un paso natural para lograr la anhelada igualdad entre varones y féminas, por lo menos en el mundo de la palabra.

 

“Como lingüista no estoy de acuerdo en que se aplique ese tipo de lenguaje porque para empezar, existe la creencia de que la lengua es sexista y no lo es. Que exista un masculino genérico como un todo no es cierto, la lengua no lo considera masculino genérico”, señaló José Luis Dávila, ensayista poblano.

 

“Claro que es importante la perspectiva de género en el lenguaje, y debe llevarse a cabo haciendo revisiones que tomen con absoluta seriedad el lenguaje, su fluidez, sentido y corrección para reflejar la realidad”, mencionó Zvezda Castillo, activista y feminista.

 

El primero mencionado aseguró durante una entrevista con Imagen Poblana que los vocablos “todes” y “nosotres” obliga a los hacedores del lenguaje a buscar y establecer formas fónicas o fonéticas que no tenían en cuenta, así como a percibir el mundo desde otra perspectiva.

 

Además, remarcó que la perspectiva de género es un ente que debería concretarse en las acciones y no en cómo se nombran las cosas, pues afirmó que el hecho de que alguien diga “todas” y “todos” no lo convierte en una persona horrible, o en contraste, escribir “todes” y “nosotres” no es garantía de ser incluyente.

 

Sumado a ello, el ensayista refirió que lo ocurrido en la universidad chilena fue el resultado de una presión de diversos grupos, es decir, una imposición que contradice la esencia de varios grupos feministas: acabar con órdenes o prácticas obligatorias.

 

Por su parte, la activista Zvezda Castillo consideró que el “todes” y “nosotres” es una muestra de cómo evoluciona el lenguaje gracias al uso social y las batallas de colectivos.

 

Admitió que, en un principio, vio el empleo de esos términos como algo irrelevante, porque si bien eran una alternativa a palabras “gráficamente feas” o “anti-sonantes” (por ejemplo, todxs o tod@s), así como una opción ante la ridícula corrección política del exmandatario Vicente Fox, podrían restar valor poético a ciertos textos.

 

“Ahora que veo el gran trabajo que han puesto en la evaluación del todes y nosotres, que son palabras para referirse al conjunto y tiene sentido que evolucionen, me siento más entusiasmada por la idea”, dijo.

 

Finalmente, Ana Jetzi Flores Juárez, responsable del programa de Género en la Universidad Iberoamericana, remarcó que lo suscitado en Chile es un primer paso para prevenir actos discriminatorios hacia las mujeres.

 

Evitó pronunciarse a favor o en contra de dicho acto, pues mencionó que lo más relevante es comprender lo que está aconteciendo en el marco de una lucha más amplia, la de defensa y ampliación de los derechos de las mujeres.

 

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