Antes, el candidato a un puesto de trabajo presentaba en un curriculum vitae impreso sus habilidades, formación académica y experiencia laboral, pero hoy en día, este documento se complementa o, en algunos casos, se sustituye por un análisis de su actividad en redes sociales.
Mediante el curriculum vitae, el solicitante tiene la posibilidad de discriminar la información que no quieren que sepan de él, pero ahora con las nuevas herramientas digitales ya no es así.
Y es aquí donde radica la importancia de no “desnudarse” en las redes sociales, porque los reclutadores ya están examinando estas plataformas para determinar si otorgan o no el empleo a una persona, señaló Cynthia Solís Arredondo, especialista en derecho informático.
En entrevista con Notimex, consideró necesario pensar dos veces lo que se publica, porque esto puede traer consecuencias a futuro; además, alertó que hoy en día ya se está construyendo la reputación electrónica de niños que ni siquiera han nacido.
“La mamá sabe que está embarazada y le abre su cuenta de Facebook al niño o niña que todavía no nace y a partir de ahí les están creando un histórico que le puede afectar en 20 años para tener o no tener un trabajo”, agregó.
La especialista en ciberseguridad dijo que se deben utilizar las redes sociales con moderación, porque además, si los reclutadores realizan una búsqueda por internet y verifican que una persona no tiene alguna cuenta, también lo ven malo, como si algo ocultara.
“No es malo tener Facebook, hay que tenerlo sólo para convivir y ya, no necesitas desnudarte ahí”, comentó Solís Arredondo.
En este sentido, el sitio para buscar empleo OCCMundial también señala que es un hecho que muchos reclutadores buscan a los candidatos en redes sociales para ver si son compatibles con los valores de la empresa, así como para saber su personalidad, gustos e, incluso, para verificar información académica o laboral.
En su blog, señala que en Facebook se rastrean los intereses, hobbies, conocimientos generales o idiomas, por lo que toda la información como fotos, videos y estados que se suban pueden influir en la su decisión del empleador.
Twitter, agrega, puede ayudar para exponer posturas políticas, sociales o de temas de interés general, pero hay que tener mucho cuidado con la ortografía.
Respecto a Instagram, OCC recomienda no utilizarlo como “egoteca” y subir selfies o fotos de fiestas; en cambio, sí puede funcionar como portafolio para dar a conocer trabajos y experiencia.
Por otra parte, Solís Arredondo pidió a los usuarios tener cuidado con lo que se coloca en internet, porque ya sea una foto o cualquier información, el usuario pierde el control y otras personas pueden usarla de forma prejudicial.
“La población adolescente nació con Facebook, con internet, pero nunca hubo una capacitación de lo que pueden o no pueden hacer y hasta qué grado pueden ponerse en vulnerabilidad, no solo ellos sino a sus familiares”, aseguró.
Y es que si hablamos de porcentajes, abundó, un 20 por ciento de la población, siendo muy optimistas, es la que realmente sabe lo que puede y no debe hacer en internet.
“Lo que debemos de hacer es cambiar la conciencia, no podemos enfrentar un nueva enfermedad con una mentalidad de las enfermedades del pasado, tenemos que saber aplicar la normativa existente y empezar a capacitarnos”, expresó.
Dijo que la solución a todos los problemas que vienen con internet, no está en cerrar las cuentas de redes sociales sino ser un poco más precavidos con lo que se difunde, bajar algunos contenidos, editar perfiles y configurar la seguridad.
Sin duda las redes sociales son herramientas que ayudan a conectar con el mundo, pero un mal uso puede traer graves consecuencias, y una de ellas es no conseguir un empleo.