Artur, un joven ruso que viajaba desde la localidad de Arséniev hacia Vladivostok, jamás imaginó que durante su traslado encontraría un pasajero más en su coche.
Tras escuchar en varias ocasiones el maullido de un gato y bajar el volumen a la música, Artur hizo una parada cerca de Mijáilovka, lugar ubicado aproximadamente entre 130 y 150 kilómetros entre ambas localidades.
Al revisar el vehículo, el conductor descubrió que dentro de los resortes de la suspensión había un polizón, una pequeña gata, que no sufrió daños durante el recorrido.
Artur decidió adoptar a la gata, además de hacer un concurso en Instagram para elegir un nombre para la felina, ganando en el apodo de vezúnchik, que significa afortunada, informó RT.