Cuadros, álbumes, fotografías, trajes y revistas conforman la colección en honor a Pedro Infante de Raúl Díaz González, quien desde hace más de cuatro décadas se ha convertido en asiduo seguidor del cantante y se ha dado a la tarea de transmitir ese legado a otras generaciones.
A unos días de que se celebre el aniversario luctuoso número 61 del sinaloense, el coleccionista e imitador de Infante compartió con Notimex su historia y la manera en que ha honrado la memoria del hombre al que cariñosamente llama padre y no por que sea un hijo perdido, sino porque le guarda gran cariño.
De ahí que esa cita inusual en el Panteón Jardín resultó ser la mejor para Díaz González, al tratarse de un espacio significativo, pues ahí descansan los restos de su ídolo, por lo que con cubeta, escoba y jerga en mano platicó su historia mientras da mantenimiento al lugar para que luzca impecable.
Dos veces al mes visita y arregla el mausoleo, porque fue ahí donde nació su cariño por Infante, pues como él dice: “despacito, muy despacito se fue metiendo en mi corazón”.
Le emociona compartir unos momentos con su ídolo, cuya tumba nunca está sola pues no faltan curiosos que quieren conocerla. Cerca de ese espacio también descansan los restos de viejos amigos como Blanca Estela Pavón, con quien formó la pareja cinematográfica por excelencia en cintas como “Nosotros los pobres”. Otros colegas que yacen ahí son Javier Solís y Jorge Negrete.
Con una mirada alegre recuerda que fue a la edad de cinco años cuando por primera vez tuvo un acercamiento con Pedro Infante, de quien su padre es fiel seguidor, e incluso asistió al funeral del cantante aquel 15 de abril de 1957.
“Mi padre me ponía sus discos, veíamos sus películas y fue así como me empezó a gustar”, comentó Raúl, quien ese momento inició su colección, que consta de álbumes de ediciones especiales, cuadros y trajes, réplicas exactas de los que Infante utilizó en “A toda máquina”, “Tizoc” y “Los tres huastecos”, entre otras.
Mientras avanza la plática Raúl pide permiso para cambiarse y lucir una imagen más al estilo de su ídolo, por lo que las gafas de piloto son indispensables para crear el look, mientras continúa con el relato sobre las vestimentas.
“Tengo réplicas exactas de trajes que él utilizó; si me preguntan en cuánto valuó esta colección no podría hacerlo, porque más que dinero tiene un valor sentimental inmenso”, comentó Diaz, quien incluso posee un sombrero que fue propiedad de "El ídolo de Guamúchil".
Subrayó que guarda ese sombrero como un gran tesoro, y que a pesar de que coleccionistas se han interesado en él, no ha accedido a venderlo.
“Mi colección tiene un valor sentimental invaluable, llevo más de 40 años juntando las piezas, estudiando cada libro, por eso puedo hablar de quién era Pedro Infante”.
Destacó que ha leído infinidad de cosas hasta en todos idiomas sobre el histrión y por eso se atreve a describirlo como un ser humano humilde, amoroso y carismático, que conoció la pobreza y amó profundamente a la familia, por esos sus restos descansan junto a los de sus padres.
“Me gusta conocer detalle a detalle la vida de Pedro”, comentó el coleccionista, quien para la ocasión lució un traje tipo militar similar al que utilizó el cantante en la cinta “Pablo y Carolina”, de 1957.