A propósito del Día del Ejército, este 19 de febrero, es oportuno ahondar en las razones de dicha conmemoración, así como en la relevancia que tienen las fuerzas castrenses para el país, toda vez que es fundamental su apoyo a la sociedad, por ejemplo, en caso de desastres naturales.
Fue en 1950 cuando por decreto presidencial se estableció que cada 19 de febrero se honraría oficialmente a la milicia mexicana, pues en ese día, pero de 1913, Venustiano Carranza propuso en el Plan de Guadalupe la creación de un ejército constitucionalista, para combatir al mal gobierno de Victoriano Huerta.
En ese sentido, es importante mencionar que el ejército mexicano como se conoce actualmente fue resultado de la unificación de las diferentes facciones postrevolucionarias: carrancistas, villistas y zapatistas. Mientras que en el sexenio presidencial de Lázaro Cárdenas del Río inició la profesionalización de las fuerzas armadas nacionales.
El ejército es descrito por el discurso oficial como la rama terrestre de las Fuerzas Armadas de México, que depende de la Secretaría de la Defensa Nacional, y cuyas funciones incluyen el defender la soberanía del país, salvaguardar la integridad de sus habitantes y prestar ayuda a los pobladores en caso de desastres naturales, tales como inundaciones, movimientos sísmicos o ciclones.
Eso último fue estipulado el 18 de septiembre de 1965, cuando se incluyó el anexo titulado Plan de Auxilio a la Población Civil en Casos de Desastre, mejor conocido por sus siglas DN-III.
Situaciones como el desborde del Río Pánuco, en 1966, el aumento de la actividad del volcán Popocatépetl a finales del 2000, o más recientemente el resguardo de los centros de acopio organizados tras los movimientos telúricos del año pasado, son algunos de los ejemplos de la puesta en marcha por parte del ejército mexicano de los lineamientos del plan DN-III.
México tiene en total 12 comandancias de región militar, así como zonas militares, siendo la XXV la que se ubica en Puebla.
El lema del ejército mexicano incluye la leyenda "Siempre leales”, en tanto que el titular del Ejecutivo Federal es el comandante supremo de las instituciones armadas nacionales, algo que se ha mantenido vigente desde la Ley Orgánica correspondiente que se expidió en la década de los treinta.
Finalmente, hay que destacar que históricamente el ejército mexicano es una de las instituciones que más ha contribuido a la movilidad social, al escalamiento en la pirámide social, pues se han enrolado muchas personas originarias de las comunidades más marginadas del país, quienes han podido estudiar gracias a la milicia algunas de las carreras universitarias más prestigiadas, como Medicina o Derecho.
Según algunos economistas, los integrantes de las fuerzas armadas pueden percibir sueldos que van de los 10,000 pesos mensuales (cabos o soldados) hasta los 65,000 (coroneles) y 124,000 (Secretario de Defensa).
