Durante un partido de la liga regional francesa en la ciudad de Tarbes, Francia, una mujer decidió tomar una silla y sentarse en el centro del campo para suspender el juego.
La mujer, cansada de recoger balones de su patio y reparar daños materiales, decidió interrumpir el partido de una forma inusual.
En el minuto 65, cuando la liga francesa llevaba la delantera, la vecina se sentó en medio de la cancha por unos 45 minutos.
Con dicha acción y ante la insistencia de la señora por permanecer en el lugar, al árbitro no le quedó más opción que suspender el partido.
Ahora los equipos se encuentran en un dilema, pues no saben si volver a jugar desde el minuto en el que el partido fue suspendido o darlo por perdido, reportó La Vanguardia.