Un hombre de Texas perdió la vida dos meses después de haberse tatuado debido a un choque séptico, que fue provocado por nadar en el Golfo de México, causándole una infección mortal.
De acuerdo con el Parkland Health & Hospital System de Dallas, al hombre, de 31 años, se le diagnosticó la fatal enfermedad de vibriosis, que le causó la muerte tras 60 días de agonía.
Un reporte de la CNN señala que el ciudadano, de ascendencia latina, hizo un viaje para nadar en el Golfo de México cinco días después de hacerse un tatuaje en la pantorrilla derecha con la leyenda “Jesús es mi vida”.
Tres días después, el sujeto comenzó con fiebre y dolor en las piernas, por lo que acudió al hospital para ser tratado. Sus análisis arrojaron una infección por la bacteria vibrio vulnificus, que se contrae en aguas oceánicas. Se dice que al año son registrados más de 80,000 casos, causando la muerte de 100 personas.
Según las recomendaciones de los tatuadores, es importante mantener cubierta la zona recién tatuada, ya que es vulnerable a cualquier infección por ser una herida abierta. Por tal motivo, se deben aplicar antibacteriales, lavar la parte tatuada al menos tres veces al día, no exponerse al sol y no introducirse en ninguna alberca durante dos veces como mínimo.