Sergi Santos, un catalán de 38 años experto en nanotecnología, ha creado a Samantha, la primer muñeca sexual con inteligencia artificial, haciéndola sensible a la estimulación sexual previa.
“Básicamente, le gusta que la toquen. Tiene diferentes modos de interacción: románticos, familiares y también sexuales”, menciona su creador.
Las partes del cuerpo de la muñeca capaces de responder de manera sexual a los estímulos son la boca, los senos y el punto G; además, es capaz de llegar al orgasmo si se estimula adecuadamente.
Samantha está fabricada con un material parecido al silicón, brindándole realismo en su piel para generar mayor tacto al cuerpo humano. Pesa 40 kilogramos, tiene ojos verdes, cabello largo y castaño.
Su programación consiste en tener un acercamiento romántico, para después, si se siente cómoda, pasar al acto sexual y generar el orgasmo.
Su precio es de cinco mil euros; sin embargo, Sergi ya trabaja en la creación de modelos más económicos, reportó El Universal.