Brady Westphal, un niño de 10 años, tras presentar dolores en el estómago sus padres lo llevaron al médico y al hacerle una radiografía el resultado fue sorprendente: en la imagen se podían apreciar ocho imanes circulares totalmente alineados.
Los doctores del Hospital Infantil de la Universidad de Oklahoma advierten que el niño pudo haber muerto por las complicaciones que genera el hecho de ingerir objetos imantados.
"Los imanes se mueven en el estómago y recto hasta juntarse y aplastan tejidos entre ellos que, al quedarse atrapados y sin sangre, se mueren", señalaron.
Brady pudo comprobar lo dicho por los médicos, pues tuvo que ser intervenido y ahora se recupera de la cirugía que pretendía repararle seis agujeros en el estómago ocasionados por los imanes; además, ha perdido ocho centímetros de colon, librándose eso sí de una colostomía que le hubiera supuesto depender de una bolsa para eliminar el tránsito intestinal.
La costumbre infantil de chupar y tragar objetos puede acarrear consecuencias fatales. "Si un niño se traga más de un imán corre un grave peligro, ya que pueden entrar en contacto en el interior de su tubo digestivo, dificultar el suministro de sangre y provocar graves problemas de salud e incluso la muerte", declararon los expertos (Lainformación.com)