El presidente de Argentina, Mauricio Macri, enfrentó hoy el primer paro general de su gobierno en protesta por los despidos masivos de trabajadores estatales y en medio de la gira que el mandatario francés, François Hollande, comenzó en Buenos Aires.
La anunciada huelga de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) logró una convocatoria multitudinaria de organizaciones que marcharon hacia la Plaza de Mayo para reclamar, también, la derogación del protocolo de seguridad que pretende reprimir la protesta social.
Las Madres de Plaza de Mayo, el Sindicato de Prensa de Buenos Aires, colectivos de la comunidad de diversidad sexual, organizaciones de izquierda y kirchneristas como La Cámpora y Nuevo Encuentro se sumaron a la manifestación que copó el centro de Buenos Aires.
El principal reclamo en contra de Macri es el despido de más de 13 mil trabajadores privados y siete mil estatales que no sólo perdieron su empleo, sino que fueron humillados, maltratados y difamados.
A quienes trabajaban en dependencias oficiales no se les explicó la causa de su despido y se les calificó como “ñoquis”, el eufemismo utilizado en Argentina para las personas que cobran del Estado sin trabajar.
Por eso, varios manifestantes llevaban pancartas con las leyendas “Soy estatal, mi trabajo son tus derechos”, “Basta de despidos”, “Basta de contratos basura y precarización laboral” y “Reincorporación de despedidos, ya”.
Además se replicaron mantas de repudio en contra del protocolo anunciado por el gobierno para “controlar” las protestas que no prohibe expresamente el uso de armas por parte de las fuerzas de seguridad y que pretende limitar el trabajo de la prensa.
“Basta de criminalizar la protesta social”, advirtieron varias columnas de organizaciones que explicaron que no se puede convertir en delito el derecho constitucional de marchar.
Otro reclamo reiterado fue la liberación de Milagro Sala, una dirigente social que fue detenida por protestar y que es considerada por algunos sectores como presa política del macrismo.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, había advertido que la nueva norma se estrenaría precisamente este día, pero finalmente la manifestación se llevó a cabo sin represión policial pese a las quejas de varios medios de comunicación que reclamaban operativos para liberar las calles del centro.