La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) documentó la existencia de lluvia ácida en el lago de Tacámbaro, Michoacán, y el alto impacto que mayas y teotihuacanos generaron en el ambiente hacia su declive.
Para llevar a cabo estas investigaciones se usaron algas diatomeas, encontradas en sedimentos de lagos, lagunas y mares, las cuales responden rápidamente a las variaciones ambientales y registran datos importantes de su entorno.
En un comunicado, la institución educativa explicó que el estudio revela el pasado lacustre, ya que estos organismos unicelulares, cubiertos de un componente de la arena y el vidrio llamado sílice los convierte en microfósiles que dan cuenta de las condiciones en que vivieron en tiempos remotos.
“Los sedimentos acumulados en el fondo de un lago son reflejo de la interacción entre los factores bióticos y abióticos que inciden tanto en ese cuerpo de agua como en su cuenca de captación” apuntó.
Abundó en que para obtener esa información se aplican varias metodologías, como la descripción estratigráfica, el fechamiento así como el análisis de las diatomeas y el polen, subrayó.
De esa manera, se pudo confirmar la presencia de lluvia ácida en el lago de Tacámbaro en el estado de Michoacán y la existencia de climas secos durante el periodo en el que vivieron las civilizaciones maya y teotihuacana, ya que éstas talaron amplias extensiones de bosques y selvas, reveló el análisis.
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