Los grupos de choque del PRI y el discurso de la inseguridad

Los grupos de choque del PRI y el discurso de la inseguridad

Foto: Enfoque
En 2010, cuando el Programa de Resultados Electorales Preliminares marcaba tendencias favorables al hoy mandatario estatal, un temor se propagó como reguero de pólvora: los panistas aseguraban que el exgobernador Mario Marín Torres reventaría la elección con grupos de choque. La violencia era el principal temor de los integrantes de Compromiso por Puebla.   Un año antes, cuando los distintos priistas peleaban por la candidatura a la gubernatura de Puebla, las confrontaciones internas mostraron lo peor de los aspirantes. Por ejemplo, Javier López Zavala siempre fue señalado como el responsable del plantón de Antorcha Campesina que por meses puso en jaque al exsecretario de Gobernación, Mario Montero Serrano, y que finalmente fue retirado de la noche a la mañana por una presunta negociación directa de López Zavala con los dirigentes antorchistas.   El PRI en Puebla está integrado por agrupaciones vecinales, de comerciantes o grupos sociales marginales, algunas integradas a la Confederación Nacional de Organizaciones Populares. El uso de estos organismos para convocar ruedas de prensa de crítica, marchas, protestas o hasta plantones forma parte de la operación política más eficaz del tricolor.   Esta semana, el PRI ha iniciado una estrategia discursiva concreta: la denuncia de la inseguridad que padecen los poblanos. Justo este lunes por la mañana, el diputado Gerardo Mejía aprovechó su asistencia al Instituto de Ciencias Jurídicas -escuela vinculada al priismo que incluso ofrece becas a sus estudiantes desde las agrupaciones juveniles del tricolor- para criticar la inseguridad en la capital, la represión y la confrontación de las autoridades con las agrupaciones de comercio informal.   Coincidentemente, este lunes la agrupación Antorcha Campesina marchó frente al palacio municipal. Ante el incumplimiento de obras, los inconformes amenazaron con mantener un paro indefinido.   Los manifestantes criticaron la falta de apoyo del municipio en las colonias del sur, justo donde este fin de semana Antonio Gali y Jorge Aguilar Chedraui ejecutaron un mitin de campaña multitudinario. A la par, los exburócratas exigieron este lunes también al gobierno una liquidación justa.   La insatisfacción con un gobierno va de la mano de las protestas sociales. Las manifestaciones constantes perjudican la imagen que tiene el ciudadano de alguna administración gubernamental. Aunque hay también una carga de rechazo por parte de los ciudadanos a las movilizaciones, el estado se lleva una buena parte de la inconformidad social, concluye un estudio de la firma Parametría.   Según la encuestadora, un 48 % de los entrevistados en vivienda a nivel nacional, en abril de 2013, afirmó que solo algunas marchas eran justificables, otro 13 % refirió que la mayoría tenía justificación y un adicional 9 % dijo que todas las marchas eran justificadas, si sumamos estas opiniones el porcentaje de entrevistados que justifica en cierta escala la existencia de las marchas asciende al 70 %. En contraparte, 28 % de los entrevistados señaló que ninguna marcha se justificaba.   Los distintos liderazgos del PRI, sobre todo algunos de los vinculados con el exgobernador Mario Marín Torres, tienen capacidad de movilizar a simpatizantes para causar una protesta, desestabilizar algún mitin o provocar un plantón indefinido. El líder antorchista Juan Celis, por ejemplo, fue beneficiado con recursos “para el campo” en el anterior sexenio.   Con la posibilidad de causar una desestabilización social a través de sus grupos sociales, el PRI ahora enarbola el discurso de la seguridad, el cual es una de las principales preocupaciones del mexicano promedio desde mediados del sexenio de Felipe Calderón. Encuestadoras como Consulta Mitofsky, Parametría o Ipsos señalaron en distintos momentos que la inseguridad era ya una preocupación para los mexicanos superior a la pobreza.   En Puebla, la preocupación sobre la inseguridad ha aumentado con relación a 2012. En enero de 2012, 68,836 de las 216,017 empresas ubicadas en Puebla fueron víctimas de delitos, de acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Victimización de Empresas (ENVE) 2012.   Y según la medición del Índice de Percepción de Seguridad Pública (PISP), calculado por el INEGI en marzo de 2012, 8.94 % de los encuestados se sentían en una "mucho peor" inseguridad que en marzo de 2013, cuando solo 5.9 % respondió lo mismo.   La preocupación de los poblanos sobre la inseguridad es palpable en el recorrido diario. A sabiendas de esta preocupación y con la capacidad de movilizar protestas, plantones y ruedas de prensa, el PRI prepara el discurso de ataque durante el último mes de campaña.   Antorchistas, organizaciones hechizas, inconformes del anterior gobierno, franeleros, payasos callejeros y demás agrupaciones populares preparan una andanada de reclamos para validar el discurso de que la falta de empleos y oportunidades causan la inseguridad poblana, tan temida y criticada. Una maniobra de operación electoral.  
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