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En este país solo falta que las vacas vuelen y con sus desechos ensucien a los mexicanos. Sí, porque a todos los males que nos aquejan -que ya se cuentan por decenas- hay que agregar apagones, esos que solo ocurren en países en el que el gobierno despilfarra, hay corrupción, hay mentiras, hay barruntos de dictadura y un régimen fallido, porque falló en dar salud, educación y seguridad.
¡A caray! Todo parecido con México y su gobierno es mera coincidencia. Pero lo que no es coincidencia es que ya estamos a nivel de Cuba, donde los apagones son obligados y hasta los ciudadanos ya están acostumbrados. Asimismo, ya estamos como Venezuela, donde el petróleo se ha vuelto maldición en lugar de riqueza. Y por si no fuera suficiente, ya nos parecemos a Haití, donde hay todos los males, pero para el gobierno todo está muy bien.
Apagones, solo eso faltaba. ¿Y dónde quedó la CFE, empresa de clase mundial?
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Todavía ni siquiera gana las elecciones. Aún falta poco menos de un mes para los comicios y ya da órdenes de manera golpeada y con el gesto adusto. Sus contrincantes de plano ya la ignoraron para participar en el debate; una candidata hasta ya la denunció por delitos electorales.
¡Carambas! Es como un chivo en cristalería. Y pensar que está en campaña y que no es precisamente una estrella de la política. Y hay serias dudas de que logre el triunfo.
¿Qué de quién hablamos? Nada más que de Tonantzin Fernández, candidata de Morena a presidenta municipal de San Pedro Cholula.
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Mucho se ha escandalizado sobre el encuentro entre Eukid Castañón y una runfla de ministros religiosos, que estuvieron reunidos en “privado” en un restaurante.
Las críticas se han centrado en que el tal Castañón no tiene por qué estar haciendo política -y menos en lo oscurito- cuando tiene asuntos pendientes por resolver con la justicia. El que esté operando para Morena no es ninguna sorpresa. El que se esté exhibiendo tampoco es de asombro.
Pero lo que sí debe causar asombro es que unos ministros religiosos hayan asistido presurosos al llamado de un individuo que solo es bien conocido en lo “oscuro” de la política.
¿Qué clase de ministro religioso se junta con alguien así, en una zona privada de un restaurante, para hablar de no sé qué asuntos? Sin embargo, es fácil entender que les están pidiendo o exigiendo hablar entre la feligresía de las “bondades” de determinado candidato.
¡Qué clase de ministro religioso acepta esa situación!
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Ayer debatieron los candidatos a la primera fórmula del Senado. Y ahí estuvo una señora de nombre Sofía Pezzat, como candidata de Movimiento Ciudadano (mucho gusto en conocerla). Las circunstancias por las cuales llegó a candidata son peculiares y hasta chistosas, pero me las reservo.
Sin embargo, lo importante es que la señora Pezzat no hizo mal papel en el debate; es más, hizo propuestas destacadas que rivalizaron con las de lo demás candidatos, Ignacio Mier y Néstor Camarillo.
Es meritoria la actitud de Sofía Pezzat, porque de ser una desconocida de la política y llegar como una novata al debate, salió más o menos airosa.
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Con relación a la entrega anterior, sobre Carlos Azomoza y sus barbaridades como dirigente de Canirac y su sumisión a Morena, hubo un ciudadano que me cuestionó que si es tan malo el tal Azomoza, por qué lo religieron en Canirac.
La respuesta que daré viene del interior del propio organismo empresarial: lo religieron porque entre los socios priva la misoginia y es bien sabido que las mujeres en esos y muchos otros cargos son más eficientes que los varones; ergo, los socios prefieren oootra vez a Azomoza, que ver a una mujer lista y trabajadora dirigiéndolos.
