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Una investigación llevada a cabo por Bloomberg puso en la mira la creciente amenaza que enfrentan los menores en internet, especialmente en Estados Unidos, donde los ciberdelincuentes están usando técnicas cada vez más sofisticadas para extorsionar a adolescente con fotos íntimas.
El Buró Federal de Investigaciones (FBI) denominó “sextorsión” al tipo de chantaje sexual que resultó en al menos 20 suicidios en un periodo de 18 meses, según los hallazgos de la investigación.
Las bandas de estafadores provienen en su mayoría de países como Nigeria y utilizan técnicas de catfishing para hackear las cuentas de Instagram de chicas adolescentes para establecer contacto con chicos, quienes serán sus víctimas. Tras establecer contacto, los estafadores llevan la conversación a un tono sexual y envían fotos íntimas falsas o robadas de la cuenta que hackearon y piden fotos a cambio, para finalmente amenazar a las víctimas con hacer públicas sus fotos entre amigos y familiares.
Casos reales como el de Jordan DeMay, un joven de 17 años que se quitó la vida después de caer en la trampa de un estafador que se hacía pasar por una chica en Instagram, subrayan la gravedad de esta crisis. La magnitud del problema es alarmante, con el número de casos reportados a las autoridades creciendo rápidamente.
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El FBI identificó más de 12,600 víctimas de sextorsión, aunque se cree que las víctimas pudieron ser muchas más y se estima que las bandas de estafadores reciben millones de dólares en pagos de Bitcoin de víctimas tan solo en Estados Unidos.
Las autoridades luchan constantemente contra este delito; sin embargo, existen recursos disponibles para ayudar a las víctimas y prevenir casos similares en el futuro. El Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados (NCMEC) implementó el programa “Take it Down”, el cual permite a los adolescentes controlar sus imágenes íntimas en las redes espaciales.
