La Escuela es Nuestra

La Escuela es Nuestra

Arrancó el programa federal y de los gobiernos de los estados La Escuela es Nuestra, con el que se pretende beneficiar con diversas obras decididas y asignadas por la comunidad escolar a los trabajadores, a 173 mil 742 escuelas primarias. El programa se iniciará con 103 mil 268 planteles y en una segunda fase se cubrirán otros 69 mil 474.

 

Para el presidente Andrés Manuel “La esencia es que van a llegar los apoyos directos, el presupuesto se entregará a las sociedades de padres de familia. Esto significa que el dinero de construcción no pasará por las instancias del gobierno federal”.

 

Abundó López Obrador ante las 10 madres de familia de igual número de primarias de Ixtepec, Puebla, que recibieron simbólicamente los apoyos económicos y ante los periodistas que cubren las muy criticadas pero a la vez harto escuchadas y hasta vistas mañaneras, acaso como no lo logra toda la comentocracia mexicana junta, que “Estamos definiendo cómo poner en práctica ese programa, porque imagínense las resistencias en el gobierno, donde se hacían cargo de la construcción de las aulas o el que manejaba el presupuesto o las constructoras. ¿Qué alegan? La gente no tiene capacidad técnica, hace falta asesoría jurídica. ¿Cómo? ¿Es muy difícil hacer un aula? ¿Reparar una escuela? ¿Qué haya mobiliario? ¿Que estén bien los techos? ¿Qué esté pintada la escuela? Aquí hay ingenieros, hay maestros albañiles, hay gente extraordinaria en cuanto a la construcción. No es mucha ciencia mejorar una escuela”. Tiene razón el presidente aunque no pocos “expertos” del análisis y el comentario lo reducirán como ya es un acto reflejo, a un planteamiento simplista.

 

La asignación de los apoyos federales y estatales, a razón de 50 por ciento por cada parte, se dispondrá en función de las dimensiones de los planteles: hasta 50 alumnos recibirán 150 mil pesos; entre 51 y 150 estudiantes, 200 mil, y arriba de ese número, 500 mil pesos. Y en cada plantel, la asamblea de directivos, profesores, padres de familia y niños a partir del cuarto año de primaria designarán el comité que se hará cargo de la instrumentación de la obra que ellos mismos definan.

 

Organización y participación son las claves de un proyecto ajeno, al parecer, a la centralización burocrática y los acostumbrados negocios particulares con recursos públicos.

 

¿Usted está enterado de en qué forma y cuáles montos se gastó Aurelio Nuño, el secretario de Educación Pública de Enrique Peña, los 50 mil millones de pesos que todavía hasta 2017 anunciaba que se destinarían a la “reconstrucción de escuelas”? https://www.gob.mx/sep/prensa/entrevista-al-secretario-de-educacion-publica-aurelio-nuno-mayer-al-termino-de-su-participacion-en-el-foro-impulsando-a-mexico. Y los órganos que todos los días se publicitan como “autónomos” nunca informaron, a pesar de que este señor gastó varios miles de millones de pesos en publicidad pagada de la reforma educativa en los medios de sus aliados y cuates, y en esa medida también en su hilarante precandidatura presidencial, y sin rendirle cuentas prácticamente a nadie.

 

Mas el hecho es que un año después el Ejecutivo federal y los estatales erogarán 20 mil millones de pesos para un loable propósito respecto a las necesidades de los niños mexicanos, pero apenas un año después de que Nuño Mayer, el mismo que confundió a la astrónoma Julieta Norma Fierro Gossman con una astróloga o al que la niña Andrea Lomelí le enmendó la plana en un acto público: “¡No se dice ler, sino leer!”