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Una empresa estadounidense ha desarrollado un nuevo —y quizás algo espeluznante— accesorio para drones: un lanzallamas.
El TF-19 creado por la empresa Throwflame es un lanzallamas que puede ser acoplado a un dron y lanzar llamaradas de fuego a una distancia de poco más de 7,5 metros. Con medio galón de combustible, es decir, unos 2,3 litros, puede funcionar ininterrumpidamente durante cien segundos, según su fabricante.
Pese a su alto precio —1.499 dólares— Quinn Whitehead, fundador de Throwflame, cree que la gente sí comprará el lanzallamas producido por su empresa. Whitehead explica que, además de los fines recreativos, el aparato puede ser usado en trabajos agrícolas o para iluminar lugares donde el acceso esté limitado a pie o en vehículo.
"Definitivamente es un concepto único. Pero cualquier tecnología nueva da un poco de miedo al principio. Si pensamos en el momento en que los drones empezaron a ser comercializados y se popularizaron, existía una gran preocupación respecto a la privacidad, a las personas volando los dispositivos por todas partes y a enjambres de drones que bloquearían el Sol. Pero en retrospectiva, creo que era una reacción exagerada", afirmó Whitehead a Gizmodo.
