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Desde su concepción, el Museo Internacional del Barroco (MIB) ha estado inmerso en la controversia por parte de quienes alegaron que se trataba de un gasto excesivo en la administración morenovallista.
Y es que el Museo, ubicado en la Vía Atlixcáyotl, tuvo un costo de 7,280 millones de pesos que serían pagados al cabo de 23 años a la empresa La Peninsular, propiedad del empresario fronterizo, Jorge Hank Rhon.
Sin embargo, con el pasar de los años posteriores a su inauguración el 4 de febrero de 2016 por el entonces gobernador Rafael Moreno Valle y el entonces secretario de Desarrollo Social, José Antonio Meade Kuribreña, el museo entró todavía en mayor controversia, toda vez que no fue el aforo más visitado de Puebla como fue su plan.
Asimismo, representa para los poblanos un enorme costo mes a mes para hacerle frente a los pasivos que implicó su construcción.
Ello debido a que el museo genera una obligación de pago, hasta este momento, de 370’681,290 pesos cada año, es decir, más de 30.8 millones mensuales gracias a que se construyó mediante un esquema de Asociación Público-Privada (APP).
Por esta razón, el futuro mandatario de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, ha puesto sobre la mesa una renegociación de este pasivo a fin de no generar un impacto tan grande en las finanzas como ha sido hasta este momento.
Menos de medio millón de visitantes en dos años y medio
De acuerdo con cifras del gobierno del estado, desde enero de 2017, el Museo Internacional del Barroco ha recibido 448,183 visitantes.
Esta cifra es menor a los visitantes que han llegado en el mismo tiempo a museos como el Interactivo de la Batalla del 5 de Mayo, el de la Evolución –que se inauguró dos semanas antes que el MIB– o el de la Evolución en Tehuacán. Ninguno de estos museos tuvo costo mayor a los 50 millones de pesos.
Estos 448,183 visitantes, de haber pagado los 50 pesos de entrada que se piden para visitantes adultos no poblanos, apenas habría recaudado 22.4 millones de pesos en dos años y medio, lo que no cumple siquiera con el valor de una mensualidad a la empresa La Peninsular.
Si bien Miguel Barbosa no ha expuesto una propuesta para el museo, es cierto que buscará otro esquema de financiamiento para que cumpla con su propósito, pues lo tiene en la mira por ser parte de las obras morenovallistas más controversiales.
