.gif)
Desde hace años, una de las prácticas más cotidianas en el mundo de la ilegalidad del centro histórico de Puebla es la venta de animales en la vía pública, algo que está prohibido y castigado por el Código Reglamentario Municipal capitalino.
En fines de semana o días de alta concurrencia, es “normal” ver personas en la 5 de Mayo o en la 10 y 12 poniente vendiendo cachorros caninos o gatunos a la luz de autoridades, que no han querido combatir este ilícito que va en contra del bienestar animal, y que supuestamente es uno de los principios legales de la administración pública municipal.
Pero tal como hay perros y gatos a la venta, sobre la 10 y 12 Poniente, está la venta de peces de ornato en condiciones antinaturales, pues son vendidos bajo el rayo de sol dentro de bolsas o vasos de plástico, aprisionados y condenados a la asfixia.
Apenas un operativo el fin de semana para retirar la venta de estas especies acuáticas derivó en una trifulca, en la que comerciantes informales agredieron a personal adscrito tanto a la Secretaría de Gobernación Municipal como de la de Infraestructura y Servicios Públicos.
Si bien ya se levantaron las denuncias pertinentes, sigue la venta de peces en condiciones que van contra el reglamento de protección animal y el trato digno.
Del mismo modo, la venta de perros y gatos se mantiene sin que se logre erradicar, toda vez que los casos donde se han decomisado a los animales, los implicados quedan en sanción administrativa y no punitiva, lo que hace que sea un delito fácilmente sorteable por los dedicados a comercializar ilegalmente con cachorros.
De acuerdo con el Coremun, en su artículo 1862, fracción VIII, “la exhibición y venta de animales se hará en locales con instalaciones adecuadas que aseguren las medidas de bienestar animal”.
La sanción por este hecho es de 20 a 5,000 Unidades de Medida y Actualización (UMA), es decir, de 1,690 pesos, a los 422,450 pesos.
Como mero dato, la hoy alcaldesa Claudia Rivera, cuando estaba en campaña, adoptó un perro maltratado y desnutrido, para mostrar una supuesta conmiseración hacia los animales.
