Divide y vencerás: Trump

Divide y vencerás: Trump

Todo indica que el presidente de Estados Unidos pasó a desplegar en sus planes de tomar a México como rehén para su reelección en el súper martes de noviembre de 2020, la máxima del divide y vencerás que aplicó con mucho éxito el emperador Julio César.

 

Nada más 20 siglos después, otro emperador que el mismísimo romano se sentiría muy disminuido, tuiteó el 10 de junio (pero no de 1971 y que, en efecto, es imposible olvidar mientras no exista justicia): “Hemos firmado y documentado completamente otra parte muy importante del acuerdo de inmigración y seguridad con México, uno que Estados Unidos estuvo pidiendo sin respuesta durante años (…) Será revelado en un futuro no lejano y necesitará un voto del cuerpo legislativo de México. No prevemos que haya problemas con la votación, pero, si por alguna razón la aprobación no llega, los aranceles se restablecerán”.

 

Sin ser pasivos y tampoco reactivos, con una posición propia, más vale acostumbrarnos a que el mitómano más sobresaliente, por encima del austriaco-alemán que condujo al mundo a la II Guerra, actuará arrollando a quien se le interponga en la obsesión de gobernar EU cuatro años más y sometiendo al país que sea necesario, México entre otros porque con Venezuela no pueden, ya no digamos Corea popular (que amenazó con destruirla), Cuba (bloqueada casi 60 años después), Irán (en rectificación de Trump) y Siria que lo derrotó militarmente.

 

Sembrar la confusión para dividir y confrontar a los mexicanos, es parte del juego del magnate inmobiliario y evasor fiscal cuando divulga “acuerdos secretos” que funcionarios de la Casa Blanca declinaron atender peticiones periodísticas para precisarlos. Y Donald John no hizo precisión alguna durante la entrevista con CNBC.

 

Dividir y confundir son dos de los verbos que conjuga Trump hacia México, por supuesto que además de aplastar, si tomamos en cuenta las precisiones de Marcelo Ebrard en cuanto a que no existe nada cubierto por la secrecía. Mas reconoció que “la postura estadunidense, encabezada por el vicepresidente, Mike Pence, fue dura en el sentido de exigir que México fuera un tercer país seguro o primer país de asilo, situación que no fue aceptada en sus términos”.

 

En tanto que el secretario de Estado, Mike Pompeo, amenazó que “si llega a darse el caso de que no estemos avanzando lo suficiente, existe el riesgo de que se impongan dichos aranceles”. Es el mismo que lloriqueó en una reunión privada: “Nuestro dilema, que es mantener a la oposición unida, ha resultado ser tremendamente difícil… en el momento en que Maduro se vaya, todos levantarán la mano y (dirán): ‘Llévame, soy el próximo presidente de Venezuela’. Serían más de cuarenta personas quienes creen que son el legítimo heredero de Maduro”.

 

Y el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien sin duda alguna tiene en sus manos toda la información sobre el asunto en cuestión, no oculta: “Yo estoy optimista y estoy seguro de que no va a haber represalias, porque no va a haber motivos de ningún tipo y México va a seguir siendo un país con oportunidades para la inversión”.

 

Sin embargo, Leo Zuckermann y Jorge Castañeda aconsejan al presidente Andrés Manuel llegar sin temor a la fase de aplicación de los aranceles porque no causarán mayores contratiempos a la economía mexicana. Pero si México se vio precisado a firmar, es por la debilidad en que se encuentra su economía, debido a la mala gestión del primer semestre de AMLO, jura sin inmutarse Héctor Aguilar Camín. De las fobias interesadas del trío Los Aguilar todo es dable esperar.