¿Guerra de aranceles?, ¡sin miedo!

¿Guerra de aranceles?, ¡sin miedo!

Este fin de semana, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aumentó la presión sobre México con respecto al tema migratorio. Si México no detiene el flujo de migrantes provenientes de Centroamérica, Estados Unidos gravará con aranceles las exportaciones de nuestro país; iniciarán el próximo lunes 10 de junio con un 5% de tarifa general e incrementarán gradualmente hasta llegar a 25%.

 

La respuesta de López Obrador ha sido una carta que pasará a la historia, es una defensa a la soberanía; no admitimos hacer el trabajo sucio de los Estados Unidos, mucho menos cuando se trate de pasar sobre los derechos humanos de individuos que se han visto forzados al desplazamiento; recurriremos al diálogo, pero no tenemos a un presidente cobarde.

 

Ayer y hoy se realizan pláticas de alto nivel en Washington para que ambos países alcancemos un acuerdo. Pero, ¿qué hay en el trasfondo de estas amenazas?, ¿puede Estados Unidos cumplirla?, ¿qué pasaría con México?

 

Hay que señalar que en el fondo de estas amenazas están múltiples factores. Primero, debemos hacer notar que Donald Trump ha iniciado su campaña electoral, el próximo año buscará la reelección y requiere construir su imagen de bravucón que le ha valido la simpatía de un sector masculino, anglosajón, conservador, que le dio el triunfo en el pasado.

 

Segundo, está en juego la hegemonía norteamericana en el mundo. Desde 2017, China sobrepasó el volumen de comercio de Estados Unidos y se coloca como la primera potencia mundial. Trump está buscando revertir esta situación y defenderá cada espacio, incluso en la región.

 

Tercero, como se observa en la gráfica siguiente, los términos de intercambio con México se han invertido. Antes del Tratado de Libre Comercio, México importaba de Estados Unidos casi el doble de lo que exportaba. Al día de hoy, por cada peso que importamos, exportamos 1.66 pesos. Esto significa que pasamos de tener un saldo deficitario a uno superavitario.

 

Donald Trump acusa a México que le hemos ganado la partida comercial de forma tramposa, ha alegado que nuestro tipo de cambio está subvaluado, es decir, nuestra moneda tiene un valor menor del que debería tener y ese diferencial beneficia nuestras exportaciones. También ha dicho que los salarios bajos de México hacen nuestros productos más baratos en el comercio internacional. En ambos casos, la evidencia científica le da la razón a Trump.

 

 

Elaboración propia con datos de INEGI

 

Respecto a la segunda pregunta, dadas las condiciones actuales de intercambio, Estados Unidos no podrá gravar con aranceles nuestras exportaciones por una tarifa mayor al 10%. Si Estados Unidos grava con un 5% los productos mexicanos y las teorías económicas funcionan correctamente, el peso mexicano se depreciará 5% y los precios no se verían afectados. Desde que Trump anunció las medidas, el peso se ha depreciado 3%; si el dólar llega a 20 pesos, los aranceles del lunes no tendrían efecto en el precio.

 

Si el peso se deprecia frente al dólar, los productos norteamericanos se encarecen y su demanda disminuirá sin necesidad de ponerles arancel. Es decir, el arancel impuesto por Estados Unidos será contraproducente en la balanza comercial.

 

Además, consideremos lo que en economía llamamos “sustitutos perfectos” y “elasticidad-precio”. Si un producto tiene sustitutos perfectos será inelástica su demanda; es decir, que ante un aumento del precio la variación de la cantidad demanda podría disminuir drásticamente. Por el contrario, productos sin sustitutos podrían ser muy elásticos; es decir, no importa qué tanto suban el precio, su demanda seguirá siendo la misma. Muchos productos mexicanos no tienen sustitutos perfectos, al menos no en el corto plazo; por tanto, se espera que no baje su demanda. Los perjudicados serán los consumidores norteamericanos.

 

Para la tercera pregunta, hay que señalar que México recibe el 15% de las exportaciones de Estados Unidos, eso representa el 45% de las importaciones mexicanas totales. Por el contrario, las importaciones de Estados Unidos provenientes de México son el 14% del total de sus importaciones y equivalen al 80% de las exportaciones totales de México. Esto significa que México tiene una mayor dependencia con Estados Unidos, mientras nuestros vecinos tienen su comercio más diversificado con otros países. Indudablemente sostener una guerra de aranceles sería perjudicial para México, pero también presentaría otras oportunidades:

 

  1. La provocación de Trump ha fortalecido la construcción de un enemigo común para los mexicanos y ello ha unido las diversas corrientes políticas internas. Hasta los detractores del gobierno de izquierda se han volcado en apoyar a Andrés Manuel frente a Estados Unidos.

 

  1. China ha tenido grandes intereses de expandir su comercio en América Latina, ya domina mercados como el cubano y el venezolano; México, por el tamaño de su clase media y lo que ello representa en el consumo, sería la joya de la corona. Es un momento idóneo para diversificar nuestro sector externo.

 

  1. Al fortalecer México su liderazgo interno y buscar otros destinos para el intercambio comercial, la hegemonía regional que le queda a Estados Unidos se terminaría por derrumbar. Trump le habría dado el tiro de gracia.

 

Como vemos, el horizonte podría ser más halagüeño de lo que nos imaginábamos. Este es el momento de la unidad por la defensa de la Patria, sin miedo: ¡Tlake noneque, yupi mapigua, mexica tiahui! (todos unidos como los dedos de la mano en un puño, adelante mexicanos)

 

 

*Profesor-Investigador Facultad de Negocios, Universidad La Salle México

Miembro del Sistema Nacional de Investigadores

Twitter: @BandalaCarlos